Algunos empleados del Aeropuerto Internacional de Cancún, muestran su preocupación por la extranjera originaria de Estados Unidos que desde hace mes y medio se encuentra varada en la Terminal 2 de este recinto. Señalaron que a veces se queda parada en un solo lugar por mucho tiempo, lo que les preocupa, sobre todo su salud mental, además de la física, ya que por mucho que alguien le regale algo de comer, esto no es suficiente para todo un día y si sigue así temen que se enferme.
De acuerdo con el testimonio de Laure R. L. F., mujer franco-estadounidense, pasó dos años en Veracruz, donde fue despojada de sus documentos oficiales y donde aseguró no quiere volver por malas experiencias, y lo que busca es que las autoridades le ayuden a resolver su ingreso a Europa, ya que tampoco quiere volver a Estados Unidos.
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Roberto González, guardia de seguridad, dijo que es lamentable su situación, “Hacemos lo que se puede, por humanidad, ha de ser terrible no poder tener un lugar tranquilo para descansar, además no se sabe por las cosas que ha pasado para no querer regresar a su país y querer huir como refugiada”.
También dijo que cuando llega el turno nocturno ven como lleva el carrito con sus pertenencias, para buscar un lugar en donde acomodarse, “Entra, le das dos a tres vueltas a la terminal, hasta que encuentra un espacio donde no hay nadie para acostarse y descansar, sin cobijas ni almohadas, sólo con sus maletas y con un suéter.
“Casi no habla con nadie, se la pasa caminando todo el día de un lado a otro o simplemente se queda observando a los pasajeros que llegan y salen de la terminal”, mencionó el guardia.
La mujer de 51 años de edad, se encuentra en esta situación desde 12 de diciembre del año pasado, y ha tratado de buscar ayuda para ser deportada ya sea a Francia o a Bélgica, a pesar de todos esos días durmiendo en la terminal 2 del aeropuerto, ha sido completamente ignorada por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN).
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Según los empleados, la mujer les ha manifestado que llegó con la esperanza de que le resolvieran su situación, pero nadie la atiende, a pesar de que ha tratado de hablar con las autoridades.
Laure R. pasa la mayor parte del tiempo en el área verde que está afuera de la terminal de vuelos nacionales, donde permanece sentada junto a un carro de equipaje proporcionado por personal del Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), donde tiene sus maletas.