Pasajeros que viajaban a bordo de un autobús Mayab desde la ciudad de Mérida, con destino a Chetumal, vivieron momentos de angustia cuando el chófer que manejaba la unidad comenzó a manifestar actitudes extrañas y sospechosas, al grado de que llegaron a pensar que serían entregados a alguna célula delictiva; sin embargo, gracias a la intervención de algunos pasajeros lograron abandonar el camión y ponerse a salvo.
De acuerdo con la información que brindaron algunos de los pasajeros, cuando se encontraban a la altura de las comunidades de Chunhuhub y Manuel Ávila Camacho, el chófer del autobús comenzó a realizar llamadas en las que compartía la ubicación de la unidad, con lo que daba a entender que se estaba poniendo de acuerdo con alguien para encontrarse en dicha zona; siendo la primera conducta extraña que notaron los viajeros.
Posteriormente, comenzó a amenazar a los pasajeros con un bate de béisbol, ordenándoles que guardaran silencio y permanecieran en sus asientos mientras realizaba su llamada; situación que incrementó el pánico entre las personas que se encontraban en el autobús. No obstante, ante el giro que estaba tomando la situación, uno de los pasajeros confrontó al chófer con el fin de ponerle un alto a lo que estaba haciendo.
Noticia destacada
Encuentran a mujer golpeada y abandonada en carretera de Chetumal; sujetos le robaron su camioneta
Sin embargo, el chófer tomó una actitud agresiva en contra del pasajero y aunque los viajeros le pidieron que detuviera la marcha del camión, contrario a ello, aceleró y empezó a manejar de manera errante, saliéndose de la carretera de manera constante. Ante ello, algunos de los hombres que se encontraban a bordo se aproximaron al chófer y lo agarraron del cuello para exigirle que detuviera el autobús.
A pesar de la intervención de los pasajeros, el conductor hizo caso omiso y continuó manejando la unidad, poniendo en riesgo a los viajeros. Sólo cuando el camión se subió a una banqueta y esto provocó que bajara la velocidad, muchos de los pasajeros comenzaron a romper las ventanas para escapar del autobús, pues el chófer se negó a abrirles la puerta para que descendieran.
Una vez que los viajeros lograron salir de la unidad, el chófer también salió y comenzó a amenazarlos diciendo que los mataría a todos, además de que nuevamente se puso a llamar por teléfono para compartirle la ubicación a otra persona; lo cual sólo acrecentaba el pánico entre los agraviados, sobre todo, en los niños. Sin embargo, personas de una comunidad cercana les brindaron auxilio y los pusieron a salvo.