Esta ciudad es un destino turístico de lujo que se oferta en diversos mercados del extranjero, pero sus calles son de tercera, donde está quedando el dinero y hacia dónde va, hay un problema serio con esta descomposición y el pueblo es feliz con las mentiras, opinan ciudadanos.
No hay acciones contundentes para que esta ciudad se vea ordenada y con servicios de primera, no hay ni cajones de estacionamiento porque todo tipo de negocio comercial abrió sus puertas al público y no dejó sus cajones para sus clientes y proveedores, opinó el abogado Javier Tun Jiménez.
“¿Dónde está el dinero que recaudan las autoridades por concepto de impuestos? El primer cuadro de la ciudad y algunas colonias, se están transformando en zonas residenciales para rentas vacacionales, y no están contemplando cajones de estacionado, no están previendo la demanda de servicios públicos”, opinó el abogado.
Las calles se encuentran en mal estado, hay zonas en las que ni siquiera hay banquetas para los peatones, o están ocupados por ambulantes, no hay esa accesibilidad para mujeres que lleven a sus hijos en carreolas, “y eso que dicen que somos un destino turístico”. Es una pena, remarcó Javier Tun.
Playa del Carmen creció sin previa planeación, y ya rebasó la capacidad de las autoridades gubernamentales, y sigue creciendo sin que nadie lo detenga. “Lo grave es que se está saliendo de control, y no vemos acciones gubernamentales para ordenar este crecimiento”, comentó el ambientalista, Jorge Fuentes.
Ante este brutal crecimiento urbano, la imagen de Playa del Carmen se está deteriorando muy pronto. El municipio de Solidaridad no llega ni a los 40 años y ya está sumido en diversos problemas sociales, desde la erosión de playas, zonas costeras que fueron dañadas, se acabaron las duras, y esto porque desde un inicio los inversionistas no respetaron la ley y edificaron sobre las dunas, agregó Jorge Fuentes.
Las construcciones de edificios de hasta siete niveles, no están respetando el Reglamento de Construcción del municipio de Solidaridad. Muchos tienen volados que prohíbe el estatuto local. “Tal parece que las autoridades gubernamentales se hacen los ciegos y sordos”, opinó el ambientalista.