PROGRESO, Yucatán, 28 de mayo.- Al mar y al viento, nunca trates de vencerlos y menos desafiarlos, llevan todas las de ganar, si quieres ser un navegante, acostúmbrate a vivir en crisis permanente, debido a que desde que abordas una embarcación, inicia la aventura y no sabes lo que puede suceder mar adentro.
El Cap. Bernardo Crespo Silva, Titular de la Capitanía Regional de Puertos del Estado de Yucatán, y presidente del Comité del Día de la Marina Nacional de este puerto, en el marco del Día de la Marina compartió parte de su vida como Capitán de Altura, y hoy, funcionario público.
Capitán de Altura con 11 años de navegar, ha sido capitán de la Marina Mercante, 25 años de funcionario público, esposo, y padre de tres hijos.
Nos habla de sus experiencias como Capitán de embarcaciones de la Marina Mercante y como Capitán de Puerto, durante el paso de los ciclones tropicales en el caso de Gilberto como capitán del Buque Motor, Cobá y como Capitán de Puerto Oaxaca con el paso del Huracán Paulina, el primero el 14 y 15 septiembre de 1988 en la Península de Yucatán, y el segundo impacto Oaxaca, en el año 1997 respectivamente.
“En el ciclón Gilberto, llamado el huracán del siglo, estaba a cargo del barco Mercante Cobá, con una buena tripulación de marineros con mucha experiencia, a los cuales, cuando nos enteramos de la llegada del meteoro y la magnitud que traía, me reuní con mis 17 tripulantes y les dije lo que pasaríamos.
Recuerdo que les dije si alguien quiere ir a casa que se vaya ahora, que estamos en el muelle; esto será difícil. No podemos quedarnos en la terminal remota porque desbarataríamos la estructura y el barco.
Vamos a salir a unas 30 a 40 millas de la costa (unos 70 kilómetros mar adentro), frente a Progreso ahí capearemos el ciclón, tenemos en la bodega 7 mil toneladas de maíz en el barco, tiene 100 metros de eslora (largo), primero encomendarnos al Supremo que la máquina no nos falle y que el timón responda, capearemos el ciclón, giraremos el barco con base a los vientos del meteoro.
La respuesta de mis tripulantes, muchos de estos ya fallecidos fue: ‘Capitán estamos contigo y enfrentaremos a Gilberto’, y es una experiencia que puedo compartir.
Con la llegada de Paulina era Capitán de Puerto de Bahía de Oaxaca cuando tomé la voz en el Consejo del Estado con las autoridades. Dije: soy el capitán de puerto, me hago responsable de lo que suceda en las costas, de las 15 mil embarcaciones de ribera, más de mil embarcaciones pesqueras y unas 200 embarcaciones de recreo o turísticas.
De esta manera, que el Gobernador en turno se haga cargo de las de lo que suceda con las demás autoridades en tierra, porque como capitán de puerto hay estar pendiente de las embarcaciones que navegan que estén en lugar seguro, para las otras dependencias que actúen después del paso de este fenómeno hidrometeoro-lógico y junto mi gente, hicimos lo que debíamos hacer, evitando que hubiera embarcaciones siniestradas, me coordine con mis seis delegados de la Capitanía y nos preparamos para hacerle frente a Paulina.
Parte de mi experiencia es que se podía decir que conozco las dos caras de la moneda: he sido capitán de barcos mercante hoy soy funcionario público, siempre sirviendo a los marinos, a los que siempre veo como parte de mi familia”.
Crespo Silva, originario de Puerto Escondido, Oaxaca de 57 años, menciona que “mi vida siempre ha estado ligada al mar desde adolescente, mi secundaria la pase en la técnica pesquera número 20 de Puerto Angel Oaxaca, de ahí pase al Cetmar Numero 1, de Alvarado Veracruz, primero navegué en los barcos de ferro-cemento de la técnica pesquera y después en los Marsep 1, y 2 del Cetmar, estos últimos camaroneros.
En el Cetmar egresé como Técnico en Navegación y Artes de Pesca. Mi vida ha sido siempre el mar, antes de concluir mi carrera en Cetmar por mi desempeño obtuve una beca para ir a Japón, pero presenté mi examen de admisión en la escuela Náutica Cap. Antón Lizardo y Torres, era el momento de tomar decisiones, sería un técnico destacado, porque desde que estaba en los barcos de la técnica pesquera, me veía en el barco mercante, con todo el dolor del corazón, sacrifiqué mi viaje a Japón, y fui por mis sueños de ser un marino mercante.
Me casé siendo Capitán de puerto con Ana Lisbeth Buenfil Cardeña, originaria de este puerto, con quien formé mi familia: mis hijos Jamil, quien es piloto de puerto de Veracruz, mi hija Enya Carmina, quien es Licenciada en Derecho Marítimo y Jameny Lezete quien estudia la carrera de Robótica.
Actualmente, como capitán Regional de puertos del Estado de Yucatán, llevo mi vida de marino; estoy pendiente las 24 horas de todos los días, sobre todo de las condiciones meteorológicas. Hay indicciones que a la hora que haya una emergencia que me hablen, paso gran parte del día en mi oficina.
Soy un marino convencido de que elegí lo que siempre quise hacer; desde joven, cuando subía a un pesquero, en mi mente soñaba con estar al frente de un mercante, siendo un capitán de altura”.
(Julio Jiménez Mendoza)