Con una nueva máscara, la empresa Kekén, explotadora de la producción porcícola, consiguió operar de nuevo la planta ubicada en la comunidad de Sahé, en el municipio de Tixpéhual; pese a los asuntos legales que enfrenta con otras instalaciones dedicadas a la crianza de cerdos en Yucatán.
En esta ocasión, vecinos de la comisaría, ya se sienten agredidos en su forma de vida, en la tranquilidad de sus calles, señalan, ya que ahora los transportistas de la empresa circulan a velocidades no permitidas en sus pequeñas arterias. Tixpéhual, con apenas 5 mil 690 habitantes, según el Censo de Población del 2020 que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y especialmente Sahé, comenzaron a padecer la cercanía de la procesadora cuyo evento inaugural tuvo lugar el 25 de noviembre.
Esto no es una autopista, señalan los vecinos ante el tránsito de los vehículos pertenecientes a la firma empresarial Kuo, un grupo filial a Kekén. La Planta de alimentos está ubicada a la altura del kilómetro 15 de la carretera Mérida-Cancún y, como parte de su entrada a esta comunidad, construyeron una vía en conjunto con el Ayuntamiento, en las calles 9x4 de la comisaría.
Al parecer, debido a las más de 12 denuncias que en los últimos cinco años la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha recibido para que revise las actividades de las granjas porcícolas industriales en Yucatán, el corporativo de explotación porcina Kekén; se amparó en el Grupo Kuo.
Kuo “se integra por el negocio Porcícola y el de Alimentos de Marca. A través de Kekén, Herdez del Fuerte y Megamex Foods, somos líderes en las categorías en las que estamos presentes, con productos y marcas reconocidas a nivel nacional e internacional”; señala su presentación en la página oficial del consorcio.
Intentando confundir a la opinión pública y maquillando las denuncias por contaminación con inversiones en el estado y generación de empleo, el nombre de Kekén no apareció en ningún renglón de la presentación oficial; contrario a lo hecho por el propio Grupo Kuo, que en un comunicado anunció que “a través de Kekén, subsidiaria especializada en la producción de carne de cerdo”, ponía en marcha dicha procesadora.
Sin credibilidad
Dadas la quejas por la operación de otras plantas porcícolas en la entidad, los vecinos de Sahé argumentan que, escudándose en que es para el “beneficio’’ de la comunidad y queriendo aparentar ser una Empresa Socialmente Responsable, Kekén reparó la carretera de su comisaría, pero eliminó los topes, que daban seguridad para los pobladores que se transportan a pie o en bicicletas, como es común. A eso, dicen, le llaman “modernización’’.
“Los camioneros de la empresa que transportan a los empleados a la fábrica no respetan las velocidades establecidas en el Código de Tránsito; creen que van en una autopista y pueden causar accidentes’’, dijo Juan Bautista Pool, quien también teme por los niños, ya que en esa calle viven entre 15 y 20 menores de edad.
La reinauguración se efectuó el jueves 25 de noviembre con la presencia de cerca de 200 invitados, entre los que estuvieron además del Gobernador del Estado, el Alcalde de Tixpéhual, Victor Lara Cauich; el secretario de Desarrollo Rural, Jorge Díaz Loeza; la secretaria de Desarrollo Sustentable, Sayda Rodríguez Gómez, y el subsecretario del Trabajo y Previsión Social, Adolfo Martínez, entre otros funcionarios.
Ese fue el arranque oficial, pero la planta ya tenía más de 15 días laborando, aseguran los vecinos del lugar. Quienes se dicen afectados por esta “invasión”, señalan que han hablado con las autoridades sobre el problema que están ocasionando los camiones, ya que, principalmente, no respetan la velocidad permitida; pero no han tenido alguna respuesta satisfactoria.
“Hace falta esos topes, ya que corren mucho peligro mis nietos, sobre todo los niños; ya hablamos con las autoridades pero no hacen caso’’, dijo Adriana Puch Puch, de 65 años.
Las obras de calles pavimentadas fueron gestionadas en el 2019 por el Ayuntamiento de Tixpéhual, que presidía Gerardo Concha Navarrete; pero tuvo el apoyo de Kekén, aseguran.
Los grupos ambientalistas y que se han opuesto al funcionamiento de las granjas de Kekén en Yucatán, aún no han manifestado su posición respecto a esta puesta en operación.
Apenas el 26 de octubre pasado, durante el Foro Parlamentario Abierto para la elaboración de una Ley de Agua en el Estado, activistas mayas y miembros de organizaciones civiles reiteraron la urgencia de vigilar el funcionamiento de las granjas de cerdos que hay en la entidad, debido a la contaminación que provocan las excretas y orines en el manto freático.
Ahí el Consejo Ciudadano por el Agua en Yucatán, señaló que los intereses de por medio provocan que no haya una Ley de Aguas en el Estado que priorice el derecho humano al líquido, con acciones eficaces, que antepongan a las comunidades indígenas que están relegadas en el cuidado del recurso.
Dos días después, en Mérida, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó que aquí se instalará el próximo año la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pues condenó la contaminación de cenotes por la operación de granjas porcícolas en Yucatán, por lo que su presencia podría frenarlas.
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CG