Desde que instalaron los maceteros en el centro de la ciudad, el 13 de septiembre del año pasado, no han cumplido con su función, incluso la imagen urbana ha decaído porque hay puros palos o plantas muertas que no riegan las autoridades, coinciden comerciantes. Desde que inició este proyecto, que buscaba mejorar la movilidad peatonal en el centro de la ciudad, no ha traído beneficio alguno.
Estos espacios que presuntamente se dispusieron para el uso de los peatones, sirven de estacionamiento para autos y motos; en las calles que así lo permiten, son utilizados como ciclovías (calle 60), mientras que en la 62 son demasiado estrechos, incluso para esta actividad. Los entrevistados refieren que es un fracaso la estrategia y lamentan que se haya invertido tanto dinero en algo que perjudica la movilidad.
“No hay espacios, al contrario, se hacen cuellos de botella, porque se redujo a un solo carril para los autos, ahora siempre está lleno, y eso solamente sirvió para quitar el espacio, pero no está siendo utilizado con el objetivo de que la gente pase, a nadie se le ve caminando por abajo, y aún así, habiendo muchas personas en la banqueta, no bajan.
“Yo, por ejemplo, que utilizo hasta bicicleta, no puedo pasar porque no sirve ni como ciclopista, entonces sale contraproducente, se afecta la movilidad porque la gente uno lo utiliza para lo que fue ideado”, dijo Georgina Mirafuentes Solís, quien tiene un negocio de jugos.
Noticia destacada
Piden respetar acuerdos sobre el Plan de Movilidad para el Centro Histórico de Mérida
Subrayó que estas acciones fueron un desacierto y espera que se puedan quitar los maceteros. “A mí como comerciante –afirmó- me perjudica porque las ventas han disminuido en un sesenta por ciento, con el movimiento de los paraderos y este tipo de cosas; a mí en lo personal me afecta, es grave el asunto y desafortunadamente no vemos ningún beneficio, ha sido perjudicial, siempre está así porque no se puede utilizar; para descargar mi mercancía tengo de 3 a 5 de la tarde, cuando hay más autos, no puedo bajar mis costales frente al negocio, no tengo cómo cargarlos, ni tiempo para poder hace las maniobras”, externó la afectada.
Por otra parte, la idea de contar con más plantas en el Centro Histórico, ha sido un sueño frustrado, algunas han logrado sobrevivir debido a que los mismos locatarios las riegan de vez en cuando, pero no falta el que deposita basura, cáscaras, pepitas, incluso hay quienes rompen las ramas de los árboles, según comentó Rosario Peniche Baeza, quien trabaja en una óptica.
“Es una lástima, tanto gastar, quién sabe cuántos millones gastaron para eso, y aparte afea la calle, es la verdad, solo hay puros palos sembrados. Yo si fuera ese señor, metería pura flor de mayo, olorosa y además adornaría, como es una planta de acá, daría otra vista completamente”, resaltó Peniche Baeza.
También refirió que una de las plantas que está ubicada justo en la puerta del local, se ha muerto ya en dos ocasiones por la falta de mantenimiento. “Desde que las pusieron, no las han regado”, dijo, y además cuestionó la verdadera utilidad de la estrategia que desde su perspectiva fue fallida. “La gente no pasa allá abajo, acá afortunadamente hace unos años ampliaron la banqueta, pero allá en frente el espacio está demasiado estrecho, nadie camina por la calle.”
Otro entrevistado, que se identificó como David, está de acuerdo con estas percepciones; también ha observado que “cuando hay árboles secos, los cambian en las madrugadas porque cuando regresan al día siguiente ya hay uno nuevo donde había uno muerto, pero siguen sin cuidarlos”, reconoce.
“Que les vengan a quitar las hojas muertas para que crezcan, que las vengan a regar frecuentemente; las dejan a su suerte después de plantarlas, no las cuidan, no las vienen a revisar, no las abonan tampoco, no les dan un seguimiento real, unas sí están creciendo, pero otras se mueren y las vienen a cambiar; confiemos –comentó- en que crezcan y estén frondosas”.
Como parte del Plan de Mejora de la Movilidad Urbana en la ciudad, el Instituto de Movilidad, Desarrollo Territorial y Urbano (Imdut) informó en su momento que se ubicarían dos mil macetas de concreto, con una dimensión de 40 x 60 x 85 centímetros, con un peso de 264 kilos cada una; tienen un costo de 2 mil 700 pesos y están fabricadas con las especificaciones recomendadas por el comité de expertos para alojar a las plantas de la región.
SY