La familia Tah Canul impulsa el agroturismo; después de enfrentar duro revés trabajando la tierra idearon una manera para obtener un poco más de ganancias, por lo que habilitaron un cenote que se encuentra en su parcela en Tizimín. Llevan siete años tratando de concretar el proyecto, pero la pandemia los frenó y apenas abrieron sus puertas con nuevos atractivos, hasta ahora el sitio tienen buena aceptación.
Los integrantes de la familia Tah Canul se han dedicado por muchos años a la milpa; sin embargo, debido a los constantes fenómenos climatológicos, y la presencia de plagas, actualmente las cosechas que se logran no son tan abundantes como en años anteriores, por lo que empezaron a idear la manera de obtener ganancias sin vender sus tierras, cuentan con una parcela donde cultivan y en la que también hay un cenote, un día unos estudiantes realizaron su servicio social en ese lugar y propusieron impulsar un proyecto turístico, fue así como nació el sueño hace siete años y poco a poco se ha estado concretando.
Empezaron limpiando el área de una superficie de más de dos hectáreas donde no solo reciben a turistas a los que les gusta la aventura, también se les enseñan múltiples actividades agropecuarias que se practican en este lugar, cuenta con un huerto con amplia diversidad de árboles frutales, la intención es que los visitantes puedan consumir también lo que se produce en este lugar. Asimismo, cuenta con área donde se aprovecha toda la materia orgánica, con la que fabrican biofertilizantes, actividades también donde pueden participar los que vistan este lugar.
“Hoy día la milpa no es sostenible y no podemos vivir de ella”, explico Reynaldo, pues hay años en que se logra la cosecha y otros no, nuestra intención es crear un parador turístico en forma donde los visitantes puedan practicar el senderismo, avistamiento de aves, saber cómo se labra la tierra, cómo se trabaja la apicultura, pero también se pretende contar con una fonda o cocina donde la gente pueda degustar nuestras comidas típicas de la región como relleno negro, una cochinita pibil, entre otros de la región”.
“La pandemia nos frenó por dos años, aprovechamos ese tiempo para diversificar los atractivos en este espacio, apenas reabrimos nuestras puertas y poco a poco llegan los turistas, tanto locales como de otras nacionalidades”.
El cenote Santa Cruz se ubica a dos kilómetros de la comisaria de Chan Cenote, la familia explico que han buscado recibir apoyos mediante proyectos gubernamentales, pero no es posible porque no hay un comité que esté integrado por al menos 30 personas, lo que hace que este proyecto quede fuera de un financiamiento, pese a esta situación la familia sigue mejorando el lugar.
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CC