El consumo de la marihuana tuvo una baja en cuanto a pacientes atendidos por abuso del psicotrópico en Yucatán; en el último año hubo menos casos de personas que recibieron apoyo para dejar esta adicción, ya que el porcentaje estaba en 85 por ciento del total, tuvo un decremento del 20 puntos, quedando en 65 por ciento, señaló Víctor Roa Muñoz, director del Centro Integral Juvenil (CIJ).
En un año
“Del 2020 al 2021, es decir en tan solo un año, hubo una disminución de los pacientes que atiende el centro con respecto al consumo de la marihuana, pero esto se debe a que se ha normalizado, por eso muchos no necesitan tratamiento, porque forma parte de la diversión, de una conducta, un hábito, incluso dicen que no tienen una adicción al no ser una sustancia química”, explicó.
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Roa Muñoz señaló que la marihuana cada vez se usa con mayor frecuencia para la recreación, pues la mayoría de los consumidores argumentan que dicha droga ya es legal, esto pese a todavía no se oficializa.
“El consumo de marihuana sigue siendo uno de los principales motivos de consulta en el CIJ Yucatán, junto con las metanfetaminas, el tabaco y el alcohol, esto pese a la normalización que se ha dado en los últimos años”, comentó.
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Por su parte, R.A.T.Z., de 28 años, señaló que tuvo que pedir apoyo para dejar la marihuana cuando esta empezó a afectarle en su vida personal y laboral, asegurando que aunque no quería aceptar que no podía controlarlo, pues al ser un psicotrópico “orgánico” pensó que no sería adictivo.
Para dormir
“Empecé a consumir marihuana como a los 20 años, me ayudaba a dormir o a activarme, esto según el tipo que consumiera y como no trae consecuencias, o por lo menos eso pensaba al no ser una droga química, pues me confié, pero al final terminó por volverme una persona amargada y de mal humor si no la consumía”, comentó.
Asimismo, señaló que tocó fondo cuando dejó de comprar alimento y pagar la renta de su casa para consumir, poniendo como pretexto que la necesitaba para aguantar las jornadas laborales extensas.
“Soy guardia y mi trabajo es estar vigilando espacios que se me asignan, entonces lo que hacía era fumar para poder mantenerme despierto y activo, pero se empezó a convertir un vicio, ya no había día que no lo hiciera, cobraba y tenía que comprar, como sea al final es una droga y es adictiva, pues nos activa la pseudo felicidad y cuando da el bajón de siente feo y decidimos consumir de nuevo. Pasa con los fumadores, alcohólicos e incluso los comelones, pero eso no nos hará felices para siempre”, finalizó.
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CC