Yucatán

Yucatán: 58 municipios que adoptaron el apellido de un héroe de México

En la actualidad sólo Tekal de Venegas, Dzilam Gonzáles y Dzilam Bravo conservan su nombre autóctono unido al apellido de un héroe de la historia de Yucatán o de México
Valladolid de Díaz, en honor del entonces presidente Porfirio Díaz / José Iván Borges Castillo

Una de las particularidades que sobresale en la historia de los pueblos yucatecos es, precisamente, que la mayoría de los 106 municipios de Yucatán y algunas comisarías portaron el apellido de personalidades consideradas héroes locales o nacionales. Esto ocurrió en la segunda mitad del siglo XIX, como una forma de reforzar la identidad nacional tras los periodos de turbulencia política cuando se restauró la república juarista.

En total, fueron 58 los municipios que portaron un apellido, de los cuales solamente tres de estos lo conservan y son: Dzilam Bravo, Dzilam González y Tekal de Venegas. Junto a estos, se contabilizan 19 pueblos y comisarías que agregaron un apellido a los nombres mayas de sus localidades.

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El origen de esto comenzó en el año de 1878, cuando la Legislatura del Estado decretó que los ayuntamientos y juntas municipales unieran su nombre al de un héroe nacional o local, haciendo que éstos sirvieran de lustre o divisa oficial. En consecuencia, las autoridades locales de los pueblos yucatecos comenzaron a realizar sesiones extraordinarias, donde por acuerdos generales del público asistente se agregaba un apellido especial, y se levantaba un acta especial que confirmaba la decisión, misma que se turnaba para su conocimiento a la nombrada Legislatura.

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El estudiante Eduardo Uc Canché, de la facultad de antropología y originario de Kinchil, comparte su opinión señalando: “es un caso importante para la historia yucatanense este asunto de los municipios, nos aporta una visión del héroe que se tenía en las comunidades rurales para la segunda mitad del siglo XIX. La historia entre el pueblo siempre es un objeto principal y de gran valor, para lo cual sus personajes pueden trascender cediendo sus apellidos a estos, como perpetuidad de su nombre y su obra”.

Realizando un cortejo de las actas encontradas en el Archivo General del Estado, se puede apreciar la visión que se tenía del “héroe nacional” en el nombre de aquellos que fueron utilizados para unirse al nombre de las comunidades. Aunque el especial decreto enfatizaba en que se debería de honrar al “héroe republicado”, como parte de las medidas tomadas para fortalecer el espíritu nacional tras una era de inestabilidad política que había pasado de una monarquía al establecimiento de la república juarista y el comienzo de la llamada Pax Porfiriana, con el periodo de gobierno de Porfirio Díaz Mori.

Desde el 15 de agosto de 1878 hasta finalizar ese año, se formó una larga y extensa lista de pueblos con apellido, naciendo así una época marcada por largos nombres oficiales de las comunidades que pronto, tan solo dos años después, habían de caer en desuso.

La valoración del “héroe” en la historia nacional se refleja en aquellos nombres de personajes que se unieron los nombres de las poblaciones. Por ejemplo, Valladolid se titula de Juárez en honor a Benito, y a la vez Izamal de Díaz en honor a Porfirio.

Las figuras históricas provenían de diferentes periodos históricos, desde la Conquista, pasando por los de la Independencia Nacional, la Guerra de Castas, etcétera; los perfiles, en su mayoría, eran de republicanos, filántropos y civiles.

Un caso extraordinario lo presenta el pueblo de Teya que suma su nombre al de Cortés en honor de Hernán Cortés. De la época de la Independencia sobresale el nombre del Miguel Hidalgo en varias poblaciones como Chuburná, Timucuy y Tzucacab; Para Ignacio Allende se agrega los pueblos de Tepakán y Temax, y al cura Morelos lo toma Chacsinkín.

En cuanto a los republicanos, los considerados patriotas vencedores para ese año, se tornarán escasas comunidades, por ejemplo: Dzitás de Melchor Ocampo, mientras que para Benito Juárez toman su apellido Izamal, Cenotillo y Xanabá.

Son los considerados héroes de la Guerra de Castas, del movimiento social armando que comenzó en 1848, los que dominan la larga lista de los pueblos a los que le legaron su apellido, así aparecen soldados, tenientes, coroneles, entre otros. Tekal en honor del teniente coronel Claudio Venegas, considerado por las autoridades locales, según el acta “el primer mártir de la Guerra de Castas”. Otros ejemplos son: Peto de Rosado, en honor al coronel Eulogio Rosado; Tizimín de Mezo, en honor al coronel Manuel F. Mezo; y Seyé de Lope por Andrés Lope, por nombrar algunos.

Entre los filántropos y personajes como intelectuales y políticos, se aprecian a Ucú de Guzmán, en honor al comerciante José Guzmán; Dzidzantún de Lizama, en honor al filántropo José Lizama; y Progreso de Castro, en honor a su fundador; destacan los casos de la comisaría de Sisal de Pérez, por el poeta Pedro Ildefonso Pérez y el del municipio de Abalá de Cosgaya, por el periodista Juan de Dios Cosgaya.

A Mérida, la capital del Estado, se agregó el apellido de Zavala en honor a Lorenzo de Zavala, aunque permanecía en los escritos como Mérida de los Montejo.

Se presentaron otros cambios durante la segunda mitad del siglo XX, cuando tras el periodo de la Revolución se reorganizó la vida política de la Nación, en donde algunas localidades deciden rendirle tributo a sus ciudadanos natos. Fue en este periodo que Motul de Cepeda Peraza cambió su nombre por el de Felipe Carillo Puerto y Muna de Maldonado se torna al de Leopoldo Arana Cabrera. También Suma de Canto se vuelve, por acuerdo local, en Suma de Hidalgo en los años sesenta.

Para el siglo XX, solo tres municipios reafirmaron su nombre autóctono en conjunto con el apellido castellano de un héroe; este es el caso de Dzilam González, Dzilam Bravo y Tekal de Venegas, quienes de forma oficial siguen llamándose así en la actualidad.

En tanto que solamente tres de estos municipios reafirmarán, para el siglo XX, su nombre autóctono unido al apellido castellano de un héroe, y por lo tanto así han quedado de esta forma oficial hasta la actualidad: Dzilam González, Dzilam de Bravo y Tekal de Venegas.

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CC