Las fiestas de fin de año representan alegría para unos y tristeza para otros, por lo que hay que estar atentos a que no se ponga en riesgo la salud mental de las personas al padecer los efectos del fenómeno llamado trastorno afectivo estacional que normalmente suele agudizar disturbios psicológicos que están latentes y que pueden desatarse bajo la presión de estas fiestas.
El especialista en Psicología Clínica y profesor de la Unidad Multidisciplinaria Tizimín, Arturo Pelcastre Monjiote, explicó que la mayoría de las ocasiones tiene que ver con las expectativas que las personas se plantearon para este año y no se cumplieron, aunque puede estar relacionado con tiempos pasados que añoraron, por lo vivido felizmente que ya pasó y que saben que no va a volver. Recalcó que estos sentimientos pueden afectar a las personas, sin importar el sexo, la edad o la situación en la que se encuentran.
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En este sentido, dijo que acciones como las compras y el gasto de dinero de forma compulsiva pueden ser signos de que la persona está intentando cubrir insatisfacciones personales, fobias sociales o trastornos como la ansiedad, aunque estos casos serían más concretos y habría que estudiarlos de forma detallada.
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Pelcastre Monjiote añadió que estas celebraciones pueden implicar diferentes sentimientos y los mismos eventos pueden tener una valencia positiva o negativa según como se decida vivirlas.
Expresó que desde el lado positivo, puede ser una época de gozo para quien la vive desde una perspectiva religiosa, o como una ocasión para reunirse con sus seres queridos; otro factor es la comida, que puede jugar un papel importante, como el degustar alimentos con una carga emocional específica.
Añadió que en lo negativo, estas celebraciones pueden vivirse de forma diferente, como una manera nostálgica que sea a base de recuerdos, eventos pasados vividos o de seres queridos que ya no están. Así como de forma culposa, cuando se hace un recuento de las dificultades que se han tenido a lo largo de todo el año, ya sean financieras, académicas, sentimentales, como pensar en que podrían haberlo hecho mejor.
En cuanto a los excesos, Arturo mencionó que entra el consumo de alcohol o de alimentos, que es una época en la que todos nuestros sistemas de autorregulación se ponen en pausa, aunado a que resulta estresante para los familiares y compañeros de trabajo, pues el exceso en la ingesta de comida puede significar para muchos un estrés adicional por el aumento de peso.
Reveló que el número de consultas médicas y psicológicas aumenta en esta época del año, ya que las personas pueden reaccionar tristes por momentos pasajeros de nostalgia o leve ansiedad y puede que tales estados emocionales, requieran tratamiento como la depresión.
El psicólogo emitió algunos consejos útiles que ayudarán a las personas a ver de otra manera estas festividades.
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NM