El altar de Hanal Pixán y el de Día de Muertos tiene varias diferencias, aunque mismo propósito, recordar a los familiares difuntos en México. Una de las variaciones de esta tradición en la Península de Yucatán y en el resto del país es incluir el emblemático pan de muerto en las ofrendas.
Cada vez se extiende más entre los yucatecos la costumbre de poner en sus altares el pan de muerto, el cual no es propio de la región, sino que vino del centro del país.
Personas lo han integrado poco a poco a sus altares de Hanal Pixán, lo mismo que los dulces en forma de calavera con el nombre de alguna persona.
Es por ello que ahora es común que un altar de Hanal Pixán tenga pan de muerto, ya que las nuevas generaciones lo han traído para colocarlo, aunque no en todas las comunidades se utiliza este elemento.
La tradición del Hanal Pixán incluye varios ritos, pero el principal consiste en poner una mesa que funciona como altar, alumbrada con velas de cera, debajo de los árboles del patio y cerca de las sepulturas de los familiares, donde se coloca comida típica de la temporada como atole nuevo, pibes o mucbipollos, jícamas, mandarinas, naranjas, xec, una mezcla hecha con naranja, mandarina, jícama y otras frutas, así como chile molido.
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También se coloca dulce de papaya, coco y pepita, tamales de x’pelón, vaporcitos, balché, una bebida embriagante que se hace con la corteza de un árbol que se llama así, y jícaras de sabroso tan-chucuá, atole que se fabrica con masa de maíz, cacao, pimienta y anís.
Todo esto va adornado con veladoras, flores, ramas de ruda y las fotografías de las personas fallecidas.
La tradición no incluye pan de muerto, ya que es originalmente de fuera de la Península de Yucatán, y al ser originalmente maya, esta cultura no incluía esta ofrenda para los difuntos.