El Museo de Arte e Historia fue sede de una exposición fotográfica alusiva a la conmemoración del CXI aniversario de la llegada del ferrocarril a la Ciudad de Reyes, un acontecimiento que impulsó el desarrollo económico en el Oriente del estado.
La charla sobre este evento histórico fue impartida por el cronista de la ciudad, Luis Pérez Salazar, quien rememoró que el arribo del tren fue el 30 de noviembre del año 1913 y que esta celebración fue enmarcada por un día de fiesta.
Recordó que la máquina Tizimín salió de Mérida a las 4:00 horas y llegó a la ciudad a las 11 horas, lanzando el primer pitazo y posteriormente el pueblo entero aplaudió entusiastamente. Añadió que llevaba plasmado el número 26 y se componía de seis pullmans, y ya en la estación el jefe político de Tizimín, Manuel Pérez Hernández, en representación del entonces gobernador del estado, colocó el último clavo de la riel ferrocarrilera uniendo con este acto a Tizimín con todo Yucatán.
Externó que en representación de la compañía de ferrocarriles estuvo el licenciado Gustavo Arce Correa, quien emitió un gran discurso, mientras que el joven tizimileño Alberto González (York) leyó unas inspiradas palabras y terminada la inauguración se obsequió a los invitados un banquete para 150 personas en el que las mesas estaban muy adornadas.
En la iglesia parroquial se celebró el TE-DEUM con una misa de vestuario especial, donde el celebrante fue el párroco Emilio Méndez López. Asimismo, se llevó a cabo una vaquería amenizada por la banda musical de Tizimín dirigida por Samuel García Barrera y los músicos Leonardo Sansores, José Santos Piña, Manuel Peraza, Sebastián Loría, Cándido Canul, Fernando Puerto, Bernardino Castro, Antonio Martín y Francisco Medina, Pablo Conde, entre otros, aunado a que al mediodía se realizó una corrida de toros muy concurrida.
Narró que desde días antes de la llegada del primer ferrocarril las calles principales fueron adornadas con flores de papel, palmeras y plantas para dar la bienvenida a todas las personas que acompañarían este hecho histórico en el que se invitó a importantes personalidades de Tizimín.
Concluyó que fue toda una aventura viajar a bordo del ferrocarril, cuya llegada y salida era muy puntual, que incluso varios habitantes ya sabían la hora de su arribo y la hora de retorno con tan solo escuchar el silbato del tren.
JGH