La temporada de mero enfrenta una grave crisis tanto en el puerto como en el Litoral Norte, ya que las embarcaciones apenas y alcanzan a pescar un 60 por ciento de lo que capturaban en años anteriores, por lo que muchos hombres de mar han dejado la actividad a la espera de que se elimine la veda de pulpo en el mes de agosto.
“Parece una situación sacada de un cuento de terror. La gente de las lanchas zarpa pensando que le va a ir bien, pero retornan con caras largas porque no se dan los resultados y sólo ganan lo mínimo; esta temporada se está poniendo cada vez peor”, señaló Salomón Chablé, con más de 40 años de experiencia y por la crisis ahora se dedica a prestar sus servicios como filetero.
Recordó que el año pasado cada lancha ribereña llegaba con 50 kilos de mero en promedio al día, pero ahora sólo llegan con 10 a 30 kilos, lo que presenta una merma del 40 al 80 por ciento.
Agregó que esto afecta a todo el Estado, donde laboran 12 mil 500 pescadores en 6 mil embarcaciones menores, de las cuales el 45 por ciento están ubicadas en el puerto.
Ante este problema, difícilmente se alcanzarán las cifras de la temporada pasada, cuando se pescaron aproximadamente 5 mil 300 toneladas de mero a nivel Estado. Lo que benefició el ciclo, que empezó en el mes de abril del 2022 y culminó en el primer bimestre del 2023, fue un precio récord de 310 pesos para el negrillo y 270 pesos para el tipo rojo, la primera cifra ubicada como la más alta en la historia de esta especie.
“Cuando mucho llegaremos a capturar la mitad, aunque en octubre la situación mejora”, opinó el hombre de mar.
En una visita al embarcadero La Caleta de Progreso se notó el desgano y apatía con el que varios navíos ribereños siguen sin poder salir a pescar.
“La gente está perdiendo sus inversiones y eso les genera terror porque no están percibiendo algo de ganancias. Lamentablemente, esto también perjudica a toda la gente que está inmersa en el negocio de la pesca”, destacó Salomón Chablé.
Como ejemplo, el hombre citó a un trío de pescadores que solicitaron su servicio. Sin embargo, estos apenas trajeron en un lapso de 12 horas tres kilos de chac-chi y cuatro de pescado tipo rubia. Al final, cada trabajador recibió solamente 70 pesos.
Alejandro Muñoz Nala, quien pertenece a una lancha que acude por especies de escama todo el año, señaló que a él le fue bien, pues pudo capturar con sus compañeros cerca de 30 kilos de pescado, pero aun así 40 por ciento menos que lo que capturaban el año pasado.
“Nos fue un poco mejor que otros navíos de la zona, pero siendo sinceros es un mal resultado. La pesca está por debajo de lo que imaginábamos. Atribuyo este mal momento a las corrientes con las que nos topamos cuando salimos a trabajar y también a la falta de respeto de varios colegas en lo que se refiere al cuidado de las especies, como por ejemplo saber que tallas poder pescar”, manifestó el progreseño.
Una salida para muchos pescadores es esperar la pulpeada que iniciará en agosto de este año, a pesar de que los resultados no han sido los esperados.
En Chabihau, 90% de los navíos están varados
En Chabihau, Yobaín, la situación es similar. Los hombres de mar reportaron que cada vez hay más escasez de producto y salir al océano por las inclemencias del tiempo es muy complicado y no les reditúa ganancia. Los pocos que optaron apostarle al mero en el mes de marzo, cuando se levantó la veda, poco a poco se han ido retirando para esperar el mes de agosto cuando inicie el período del pulpo maya.
El puerto de abrigo cada vez luce con menor presencia de pescadores, la mayoría se ha ido retirando para hacer otras actividades. Santiago Pech, pescador, dijo que son al menos cinco embarcaciones que se encuentran saliendo todos los días, mismas que a duras penas están cubriendo sus gastos.
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Más del 90 por ciento de las embarcaciones se encuentran varadas en el embarcadero, solamente son encendidos los motores para que puedan estar en funcionamiento y no presentar daño alguno. Santiago puntualizó que el valor de las especies se encuentra muy bajo en el mercado. El mero se comercializa en los 120 pesos el kilo en mediano, la corvina y sierra en 80, mientras que la rubia en 100 pesos. Sin embargo, lo poco que se adquiere en las jornadas ha sido el robalo al estar en temporada.
Por las suradas que se encuentran presentes desde temprana hora, no dan oportunidad para los que planean pescar. “No se puede salir, está muy fuerte el viento. Sólo aquí cerca puede moverse, pero ni por más, te chocan las olas, son grandes y el viento lo impide además”, indicó Pech.
El alto consumo de combustible que realizan las embarcaciones ocasiona que sea otro detonante para quedarse en tierra y no salir en varios días. “Más de 40 litros de combustible se utilizan, es mucho y es poco lo que se pesca, no sirve invertirle porque no se está solventando el gasto”, apuntó el pescador.
Quienes corrieron con suerte en la temporada de veda del mero al buscar otro oficio se han mantenido ahí. Ahora la única esperanza que tienen para poder salir a flote económicamente, es la llegada del mes de agosto, cuando se levante la veda del octópodo, producto que año con año suele dar respiro a los hombres de mar, pero el año pasado su valor se mantuvo en 65 pesos el kilo.
El entrevistado sostuvo que hasta que se levante la veda del pulpo procederá a salir de nueva cuenta, ya que es su fuerte para el sustento económico, mientras tanto afirmó seguir laborando en una construcción en donde ha logrado mantenerse económicamente estable.
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GC