En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, Yucatán es una de las entidades con mayor presencia de este grupo, ya que hay 253 mil 149 que hablan la lengua autóctona o el maya y que representan el 21.44 por ciento del total de mujeres en el estado, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este sector enfrenta problemas comunes, como la discriminación, la violencia y la falta de oportunidades.
Las cifras están a la vista. Continuando con los datos del Inegi, un poco menos del 50 por ciento de las mujeres yucatecas de entre 18 y 24 años que viven en comunidades ha manifestado haber sufrido violencia durante toda su vida y de acuerdo a la Encuesta sobre Discriminación de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, el 66.9 de las mujeres indígenas son discriminadas por hablar la lengua maya.
Diferentes estudios han refirmado estos datos, revelando que al 50.3 por ciento de las mujeres mayas se les discrimina por portar huipil, la vestimenta típica; mientras que 81.8 por ciento considera que también por ser pobres.
Aunque el Inegi contabiliza a 253 mil 149 mujeres hablantes de lengua maya, diversos organismos como el Indemaya y la red Promotoras Mayas de Justicia señalan que el número de aquellas que se identifican como indígenas es mucho mayor, 767 mil 402, el 65 población total femenina de un millón 180 mil 619.
De acuerdo con estadísticas recolectadas por la red, 7 de cada 10 mujeres en la entidad han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. Este alto índice de violencia se da en un contexto en el que factores culturales y sociales orillan a la víctima a no denunciar. Algunos de ellos son el hecho de que las comunidades justifiquen a los hombres que maltratan mujeres o el que las y los pobladores culpen a la víctima de lo sucedido.
En este Pueblo Mágico, mujeres mayahablantes expresaron: “No tenemos las mismas oportunidades ni en dependencias gubernamentales ni privadas que cualquier otra persona por ser indígenas, nos hacen de menos o no nos apoyan como debería de ser”.
Edelmira U.G., mujer mayahablante, mencionó que en la Tierra de los Carrillo Puerto han sido muy pocas las mujeres indígenas que son reconocidas por su trabajo, a menos que sean muy allegadas a los gobiernos. Indica que no hay las mismas oportunidades para todas tanto en el sector laboral como social. Alegó que, en estos tiempos, el machismo es muy fuerte en los pueblos del interior del Estado, lo que impide a la mayoría de las mujeres indígenas tener el poder de crecer y desarrollarse en todos los ámbitos, tanto laborales como académicos, como cualquier otra mujer.
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J.C.C., otra entrevistada, dijo que aún existen casos en donde son limitadas para seguir estudiando y en otros casos, los trabajos son mal pagados y poco equitativos. En los centros laborales son vistas como de clase baja y con pocas posibilidades de superarse.
“En los pueblos cuando llegan apoyos nos buscan, nos dan urdidos de hamaca o tejidos, pero una parte se les queda a los altos mandos y una parte nos dan, pero es bajo”, agregó.
Mientras que en el Pueblo Mágico de Tekax, que cuenta con 64 comisarías donde las mujeres indígenas aun conservan sus tradiciones y costumbres, el Instituto Municipal de la Mujer, cuya responsable es Lidia Baeza Quijano, informó que de enero a la fecha se han atendido un total de 320 mujeres, sus hijas e hijos, a las cuales se han prestado un total de 462 servicios.
La mayor parte se autoperciben como mayahablantes e indígenas, “por lo que este sector de mujeres a lo largo de su vida han sido víctimas de violencia y de las cuales las que más destacan son la psicológica, la física y la económica en el ámbito familiar”, abundó.
Señaló que las relaciones de género son las principales causas de que las mujeres de las comunidades sufran algún tipo violencia, ya que suponen relaciones de poder y subordinación, lo que afectan la vida cotidiana y las relaciones sociales.
Destacó que en los últimos años se ha trabajado en promover y difundir acciones para que las mujeres indígenas de las comunidades conozcan sus derechos y los hagan valer, así como se respete la igualdad de género; además de fomentar acciones sociales de promoción, prevención atención y erradicación de las violencias en sus diversas modalidades.
“Además, se establecieron en todo el municipio las leyes de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia”, subrayó.
En Tizimín, la directora del DIF Municipal, María G. Vargas León, reconoció que las mujeres indígenas enfrentan múltiples desafíos, su realidad está marcada por formas de discriminación y desigualdad. “Hace falta fortalecer políticas públicas, desarrollar programas de liderazgo y empoderamiento para estas mujeres”, apuntó.
La Directora del DIF Municipal refirió que las mujeres indígenas juegan un papel fundamental ya que son portadoras de una rica herencia cultural y conocimientos ancestrales; sin embargo, en esta parte del estado la mayoría de los mayahablantes son mujeres indígenas quienes enfrentan múltiples tipos de violencias, discriminación desde hace siglos, pobreza y limitado acceso a los servicios sociales, además de una representación insuficiente en la toma de decisiones en todos los niveles desde el ámbito familiar, comunitario y hasta político, ya que hasta la fecha aún reina el machismo.
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Abundó que aún hay registros de violencia en contra de las mujeres indígenas, más altas que las que no hablan maya; algunas incluso carecen de acceso a servicios de Salud, el acceso a la justicia, al empleo y a un salario remunerable; “la probabilidad de que una mujer maya y que vive en una localidad rural sea contratada, se reduce”.
De acuerdo con los entrevistados, otro de los problemas que enfrentan las mujeres indígenas es que muy pocas se deciden a denunciar la violencia y discriminación de que son objeto.
La subdirectora del Instituto Municipal de la Mujer en Acanceh, Yasiri Guadalupe Medina Díaz, reconoció que del total de mujeres que recurren a los servicios de la dependencia, sólo un tres por ciento son indígenas, debido a la influencia de las creencias y prácticas socioculturales, así como la falta de información.
“En el municipio existe una población indígena de 3 mil 469 personas, de las cuales se estima que el 50 por ciento son mujeres, pero lamentablemente de éstas solo un tres por ciento recurre a los servicios del Instituto”, subrayó.
Señaló que esto se debe a la influencia de creencias y prácticas socioculturales, o tal vez hace falta que la información llegue principalmente a la gente adulta indígena.
La Subdirectora reconoció que las condiciones actuales de la mujer indígena en la localidad son la exclusión, discriminación, violencia y acceso a los servicios.
Medina Díaz señaló que los principales problemas que enfrenta este sector son la violencia sexual, económica y patrimonial; así como el analfabetismo, barreras para ejercer sus derechos, discriminación por sus orígenes y condición social, dificultad para los servicios de Salud y falta de programas de servicios social.
La Subdirectora recalcó que la atención que ofrece el Instituto a las mujeres indígenas se basa principalmente en promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y la equidad entre los géneros, así como que puedan ejercer sus derechos y la participación igualitaria en la vida política, cultural, económica y social.
“El actual ayuntamiento busca fomentar atención e información a las mujeres indígenas, así como canalizarlas a las diversas instituciones competentes y darles seguimiento; de igual manera, pretende impartir pláticas y talleres de prevención a la violencia de género”, señaló la Subdirectora.
GC