A sus 101 años, Bertha María Hernández Várguez no tiene problemas de presión arterial, colesterol, azúcar. No necesita anteojos: lee en la edición de POR ESTO! la historia de Don Li y se fija la meta de llegar también a los 104 años, en compañía de sus hijos y nietos, en el Poniente de Mérida.
No es la más longeva de su familia. Su hermana Olga, quien vive en Valladolid, este 2024 cumplió 103 años de edad, y tiene un hermano menor próximo al siglo de vida. Lo que llama la atención en ella es que, aunque nació en el municipio Mama, prácticamente toda su vida ha sido meridana, a temprana edad vino a la capital yucateca para estudiar y trabajar.
Y vivió en la avenida principal de Pensiones, donde los constantes sonidos de sirenas de ambulancias del Issste, choques y ruidos del transporte público, nunca la estresaron.
Con un hipil de hilo contado en color morado, desayuna su café con pan dulce, mientras abre el baúl de sus recuerdos. Por lo general, despierta entre las 10:30 y las 11:00 horas, desayuna y realiza 25 minutos diarios de ejercicios básicos para brazos y piernas, pues se recupera de una caída que sufrió en diciembre pasado.
El pasado fin de año, un tropezón la causó fractura del fémur. Estuvo en cama tres meses, pero en marzo pasado decidió que era momento de levantarse de nuevo y ya camina en la residencia familiar con el apoyo de un burrito.
Lee mucho, principalmente novelas y cuentos de literatura hispanoamericana. Y para mantener ágil su mente, también pasa las tardes resolviendo crucigramas, sudokus y pasatiempos. No es muy afecta a la televisión. Los dos principales problemas que adolece son la pérdida auditiva (aprendió a leer los labios) y de la memoria de corto plazo.
También escribe mucho. Tiene una excelente caligrafía cursiva y una gran pasión por el conocimiento: a sus 82 años se empeñó en aprender italiano, y también habla maya.
Nació el 20 de mayo de 1923, en Mama. Recuerda la fecha porque sus padres le relataron que ese día inició el Primer Congreso Nacional Feminista. Enviudó hace 52 años y, con gran esfuerzo, sacó adelante a sus ocho hijos, quienes le regalaron 22 nietos y poco más de una docena de bisnietos.
Ha sido una mujer muy trabajadora. Al enviudar se consagró a crecer a sus hijos; gracias a su esfuerzo, sus ocho hijos tienen una profesión y uno de ellos es el encargado de diseñar el plan de visitas turísticas al mercado Lucas de Gálvez.
Actualmente, vive con uno de sus nietos, David Matute González, quien la considera como su mamá; en ese rinconcito de Pensiones ella disfruta su primer siglo de vida.
GC
