En esta semana se registró la trágica muerte de un joven que se desvaneció en un partido de futbol y de una adulta mayor que durante la madrugada se cayó en el interior de su hogar por el cansancio derivado de las altas temperaturas que se siguen sintiendo en Yucatán.
A altas horas de la noche del martes, en medio de un partido amateur de balompié, un jugador de sólo 26 años de edad se desvaneció en uno de los inmuebles deportivos de la comunidad, siendo trasladado por allegados rumbo a un hospital particular del centro de Progreso.
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Al final se dictaminó que el futbolista tuvo un paro cardíaco, realizando el respectivo proceso debido a la defunción. Parte de lo que se averiguó es que el ahora occiso tenía antecedentes relacionados con el aparato cardiorrespiratorio y el sobre esfuerzo de la actividad física pudieron detonar el mal que acabó con su existencia.
Por otro lado, en el sector Oriente pero de la cabecera municipal, durante la madrugada del miércoles se encendieron las alarmas cuando una llamada al 911 dio a conocer que una mujer identificada como T. O. D. J. C. M, de 70 años, sufrió una caída en su hogar, situada en la calle 33 entre 84 y 86 de la zona céntrica del puerto.
A pesar de la intervención de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, así como la Cruz Roja, delegación Progreso, tras varios minutos dentro del lugar de los hechos se informó que la septuagenaria ya no poseía signos vitales.
Al igual que en el otro caso, se llevó a cabo el respectivo proceso para hacer el levantamiento del cuerpo a cargo del Servicio Médico Forense. La presencia de los vehículos oficiales, ambulancia y médicos originaron sorpresa en el conjunto vecinal de esa parte de la ciudad.
Gracias a fuentes como la Cruz Roja y del Centro de Salud con servicios ampliados, se dio a conocer de manera oficial que han sido dos muertes las que se han originado por golpes de calor.
El primer fallecido se trató de un pescador, Germán C. C., de 47 años de edad, quien el pasado 15 de junio, en medio de una descarga de producto en el embarcadero del puerto de abrigo, se desvaneció por presunto cansancio, cayendo posteriormente en un paro cardiorrespiratorio que su organismo no pudo aguantar.
El último incidente relacionado con el calor extremo, lo sufrió el pitcher José J. M. L., de 65 años de edad, cuyo final fue en medio de un partido de softbol que se realizó en el inmueble La Termoeléctrica. El abuelito, que usaba un marcapasos, sólo pudo aguantar tres entradas en su papel de pitcher, pues también se desmayó y falleció en un hospital de la ciudad de Mérida.
Golpes de calor
A menos de cinco días del último golpe de calor en el puerto, esta mitad de semana trascendió a causa de dos casos que generaron atención urgente por vía de agentes policiacos y paramédicos en el Oriente de la ciudad.
Ambos sucesos tuvieron como escenario un par de domicilios de la colonia Francisco I. Madero de la zona Oriente, primero con M. A. L. P., de 58 años, que presentó en el interior de su hogar deshidratación y cansancio que lo llevaron a casi a desmayarse.
Fue entonces que a su hogar, ubicado en la calle 33 entre 66 y 68, acudieron paramédicos de la Cruz Roja, encontrando al quincuagenario en un estado vulnerable, por lo que se procedió a estabilizarlo, sin embargo, ante el estado de su organismo se dio paso a un traslado rumbo a un nosocomio de asistencia pública.
Parte de lo que externaron varios vecinos del hombre es que a causa de que no tiene completa una de sus piernas, depende en la mayoría de su jornada del apoyo de familiares o allegados, en este caso, posiblemente haya estado falto de líquidos para no caer en el mal que lo afectó.
A tan sólo un par de cuadras rumbo al Oriente, en la calle 33 entre 60A y 60, se tuvo otro infortunio relacionado con una crisis de ansiedad que padeció el ama de casa A. B. E. C., de aproximadamente 60 años.
En este caso, quienes intervinieron fueron socorristas de la base de la SSP, aparte de que se mantuvo apoyo de la Policía Municipal y Estatal, ya que una llamada anónima al 911 decía que la mujer argumentó en su cuadro ansioso que atentó contra sí misma, siendo esto descartado luego de que los paramédicos realizaron su labor.
A pesar de que no hubo un traslado alguno en la ambulancia rumbo a algún nosocomio porteño, se mantuvo comunicación con la familia a fin de canalizarla a dependencias que traten este tipo de males relacionados con la parte mental y psicológica.
Justamente, la ansiedad y el estrés crónico han sido dos sintomatologías que desde que se acabó el confinamiento por la pandemia del COVID-19 en Yucatán se han presentado de manera progresiva en Progreso, ameritando varias veces como en este incidente, la presencia de las autoridades en materia de seguridad.
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AA