El servicio de mototaxis en Atasta Pueblo ha descendido considerablemente desde que iniciaron los trabajos de reencarpetamiento de la carretera federal 180, a la altura de ese poblado en la Península de Atasta.
Esta fue la principal queja de conductores de pochimóviles, en relación a la movilización de unidades pesadas y el tráfico habitual de la región, que complican el traslado de personas a lo largo de los 14 kilómetros que comprende esta comunidad, aun con el conocimiento de la inseguridad de estas pequeñas unidades.
Candelario Sánchez Cruz, socio de la Cooperativa “30 de Mayo”, junto con otros compañeros que prestan este servicio, como “El Escorpión Rojo” y “Turísticos del Pom”, comentó que en total son 56 personas las que se dedican al transporte en mototaxis, llevando a la gente a la escuela, el centro de salud, entre otros sitios.
Según el conductor de un “pochi”, en estas últimas tres semanas ha sido bastante complicado trasladar a los pobladores, ya que los trabajos de reparación afectan no solo el flujo vehicular externo, sino también dentro del mismo poblado, lo cual los obliga a "sorteando" el peligro entre enormes tráileres que buscan pasar rápidamente, incluso con pasajeros a bordo.
Debido a que son más de 50 familias las que dependen del servicio de mototaxis para su ingreso económico, los agremiados han acordado repartirse el trabajo para que, aunque sea poco, algo ingrese a sus bolsillos. Antes de que comenzaran los trabajos en la carretera, realizaban entre 20 y 25 viajes al día; actualmente, apenas logran hacer una decena de traslados.
El costo del servicio de mototaxi en Atasta es de 10 pesos; sin embargo, antes era mucho más rápido, pero con los bloqueos y la maquinaria en el área, a veces solo pueden moverse de un extremo a otro una vez.
Sánchez Cruz expresó su confianza en que las obras estarán bien hechas y que estas complicaciones, que afectan a todos los que necesitan trasladarse por la Península de Atasta, serán pasajeras. Aunque actualmente enfrentan este problema, anteriormente también se veían en riesgo por los enormes baches que amenazaban con volcar sus unidades y ocasionaban pérdidas económicas debido a reparaciones provisionales.
Por último, comentó que muchos en Atasta prefieren no salir de sus casas a menos que sea estrictamente necesario, como para trabajar, asistir a la escuela o a servicios médicos, ya que el peligro debido al tráfico y los tráileres es constante.
JGH