El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, advirtió que los aranceles del 25 por ciento que el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende imponer a los productos mexicanos generarían graves consecuencias económicas, especialmente para las empresas estadounidenses.
De acuerdo con el funcionario federal, esta medida podría provocar la pérdida de 400 mil empleos en Estados Unidos, además de fragmentar la economía integrada de América del Norte.
Impacto económico y comercial
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, Ebrard destacó que el comercio intrarregional entre México, Estados Unidos y Canadá alcanzó mil 776 billones de dólares entre enero y septiembre de 2024, consolidando a la región como un bloque económico crucial que genera el 30 por ciento del PIB mundial.
El secretario enfatizó que los aranceles fragmentarían las cadenas de suministro integradas, aumentando los costos de producción y debilitando la competitividad frente a Asia y Europa.
Además, señaló que estos impuestos afectarían tanto a exportadores mexicanos como a empresas estadounidenses que dependen de insumos fabricados en México.
Propuesta de México: una región competitiva y próspera
En respuesta, México propone reforzar la cooperación regional bajo el marco del T-MEC para garantizar estabilidad y crecimiento. Entre las prioridades destacan:
- Estabilidad regional: Promover la seguridad y gobernanza para consolidar una región confiable.
- Prosperidad compartida: Impulsar inversiones en infraestructura como fronteras modernas, energía limpia y transporte eficiente, que generen empleos bien remunerados.
- Competitividad global: Optimizar cadenas de suministro para mantener costos bajos y garantizar que América del Norte lidere los mercados internacionales.
Un llamado a la integración regional
Ebrard Casaubón subrayó que México apuesta por una visión de colaboración estratégica para convertir a América del Norte en el bloque más seguro y competitivo del mundo.
Señaló que la imposición de aranceles no solo dañaría a México, sino también a Estados Unidos, limitando la capacidad de la región para liderar el comercio global.
Con esta postura, México busca promover el diálogo y evitar medidas unilaterales que fragmenten la economía regional en un momento crucial para el comercio internacional.
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