Las trabajadoras domésticas se ganan el pan de cada día sin seguridad social ni otras prestaciones y “se mueren trabajando”, porque hasta ahora no existe una ley que las proteja, relató Yajaira Herrera Reyes, una empleada de casa que ha pasado por situaciones difíciles.
Señaló que estas mujeres viven al día, pues aunque por limpiar una vivienda cobran entre 300 y 600 pesos, dependiendo del tamaño, no todo es para ellas, pues tienen que pagar pasajes y comida, así como médico y fármacos en caso de enfermedad, puesto que no son derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ni de ninguna otra institución.
“No importa cobrar esos 300 pesos por una limpieza de cuarto o casa; lo importante es tener trabajo, al menos que haya para comer, para la alimentación de los hijos”, comentó.
Sin embargo, también dijo que no tienen trabajo todos los días, por lo que muchas empleadas domésticas optan por vender productos, para cubrir sus necesidades diarias.
Agregó que la mayoría de las personas que se dedican a esta actividad son madres solteras que hacen el esfuerzo para sacar adelante a sus hijos, “pero no nos permite tener un ahorro para casos de emergencias o cuando alguien se enferma. La situación es muy triste porque, al no contar con los servicios médicos, muchas mujeres se mueren”, comentó.
Hizo énfasis en que ella misma ha pasado por situaciones difíciles, y ha tocado puertas sin obtener respuestas. “Realmente no hay apoyo del Gobierno en materia de salud, te ven con mala cara y al final sólo te hacen esperar”, relató.
Añadió que trabajó mucho tiempo limpiando casas, lavando y planchando ajeno, cuando sus hijos eran pequeños. “Me gusta trabajar y vender, tener mi propio negocio. La necesidad te obliga buscar otras alternativas”.
Contó que entre esas opciones se dedicó a la costura y la reparación de ropa, “pero ya no lo puedo, porque cuestiones de salud, un poco complicada, hace 10 años me quitaron vesícula al detectarme cáncer cervicouterino”, narró.
Sin embargo, su salud ha vuelto a complicarse. “Me detectaron un tumor en el cerebro y, al ser madre soltera no tengo el apoyo de nadie. No tengo prestaciones de ley, no tengo Seguro Social. Recurro a las instituciones el como el Hospital General, pero es el costo es muy elevado”, lamentó. Además, en dicha institución no tienen los aparatos necesarios ni tampoco especialistas, dijo. “Tengo que ir a Cancún y eso implica más gastos; es preocupante vivir sin los servicios médicos”.
Indicó que al no contar con un trabajo estable, donde le otorguen seguridad social tiene que estar tocando puertas y en muchos entes gubernamentales recibe maltrato.
“No hay una institución donde digan te vamos ayudar y en el DIF municipal es soportar malos tratos y caras, por eso prefiero no hacerlo. Gracias a Dios recurrí al padre de mis hijos y me reactivó el Seguro Social, pero tardan tanto tiempo para una cita, explicó.
Acusó que en el IMSS actualmente no hay disponibilidad para consultas médicas, por lo que tiene que regresar en enero para ver si ya hay espacio con el internista. Esa situación le preocupa, pues hay mujeres que se mueren trabajando.
“Ojalá que los legisladores presenten una iniciativa para ayudar a la población con los servicios médicos. Somos mujeres y relativamente sufrimos más que los hombres en cuestión de enfermedades, porque una mujer es la que se embaraza, la que la que tiene a sus hijos, nosotras somos las que lidiamos con los hijos”, concluyó.
