
El Dios Jaguar, una figura mitológica de gran importancia en la cultura maya, se encuentra representado en diversas formas de arte y arquitectura en la región. Se ubica en el kilómetro 3.5 de la zona hotelera de Cancún, cerca de la parroquia Cristo Resucitado.
En cuanto a su forma, las representaciones del dios jaguar suelen ser naturalistas, mostrando al felino en distintas posiciones, a menudo con detalles que reflejan su papel simbólico en la mitología maya.

En la cultura maya, el jaguar, conocido como Balam, es un símbolo de poder, fuerza y fertilidad. Se le considera un animal sagrado que otorgó su fuerza a varias deidades mayas, como K'inich Ajaw, el Dios del Sol. Además, el jaguar es asociado con el inframundo y el Sol Nocturno, y se cree que lucha contra las tinieblas para asegurar el regreso del sol al día siguiente.
Se dice que el Chac Mool fue adoptado por los toltecas itzaes de Tabasco cuando estos sometieron a Chichén Itzá, donde era venerado como Cizin, dios de la muerte, también relacionado con los temblores de tierra y el color amarillo.
No es casual su vínculo con el Dios Jaguar, a quien se considera como señor de la noche estrellada, aunque en realidad reina al mismo tiempo en el cielo, en la tierra y en el mundo subterráneo de las sombras.