Los consulados de Francia, Bélgica y Alemania, niegan el trámite de asilo político a Laure, mujer de 52 años de edad, que continúa viviendo en el parque ubicado a las afueras de la Terminal 2 del Aeropuerto de Cancún, mientras que el de Estados Unidos se niega a ayudarla hasta que logre llegar a la Ciudad de México por sus propios medios.
Desde hace casi 48 días, la mujer se encuentra viviendo como indigente, sin un lugar seguro donde refugiarse.
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La vida de Laurie se ha vuelto cada vez más complicada. A pesar de haber contactado al consulado francés en México, se le informó que no puede realizar ningún trámite desde Cancún y que, aunque su madre era francesa, eso no le otorga derechos como ciudadana.
La única opción que le ofrecieron fue solicitar asilo como refugiada, lo que implicaría costos significativos para ella, incluidos los trámites y un vuelo a Francia, algo que consideran muy difícil de lograr.
Mientras tanto, Laurie sobrevive en la terminal con donaciones esporádicas de comida que recibe de turistas y otros viajeros. Su dieta se limita a galletas, atún y pan.
Durante las lluvias, busca refugio bajo los techos hasta que puede ingresar a la terminal para evitar mojarse. La seguridad del aeropuerto le permite permanecer en el área solo para ir al baño o asearse. A pesar de sus esfuerzos por comunicarse con los consulados de Alemania y Bélgica, las respuestas han sido igualmente desalentadoras.
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Al contactar al consulado estadounidense, la mujer fue informada que no recibiría ayuda hasta que llegara a la Ciudad de México por su cuenta. La frustración y desesperación son palpables en su voz.
Laurie no comprende por qué las autoridades mexicanas no la deportan como ocurre con otros extranjeros en su país. El frío y las condiciones adversas han afectado su salud, pero se siente atrapada sin saber qué hacer o adónde ir.