A pesar de estar prohibidos, los juegos de apuesta representan una adicción para las personas. Las maquinitas tragamonedas son uno de los aparatos que hasta la fecha se encuentran instalados en varios puestos del Centro de la ciudad, donde chicos y grandes suelen ganar o perder dinero, llegando al grado de no poder controlarse.
Todos los días, desde que los puestos del bazar abren sus puertas, los amantes de los juegos de azar se hacen presentes para ver si la suerte está de su lado o no, demorándose varias horas hasta lograr su objetivo principal, que es ganar. Estos sujetos señalaron que le han dado la vuelta a la ruleta y se retiran con 200 pesos en adelante.
El señor Faustino Balam señaló que lleva varios años jugando en las tragamonedas y aseguró que todos los días se retira con 300 pesos; todo comienza con 10 pesos. “Años que llevo aquí, con 10 pesos comienzo, de poco en poco voy ganando, ya le busqué la vuelta, no hay día que no triunfe. Es muy rara la vez que me retiro con menos de 100 pesos”, dijo.
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Además de las personas adultas, los pequeños que van solos a las escuelas y han probado este juego también se unen, pero siempre se retiran sin algo, quedándose sin poder adquirir sus desayunos. Los adultos que se encuentran presentes señalaron que los infantes que arriban a estos lugares muchas veces se van tiempo después de su entrada. “Hay chavitos que aquí pierden todo, se retiran pasando las 7:00 horas, sus papás no los vigilan. El lugar no está cerca de la escuela, pero está de paso”, expresó.
De acuerdo con la Ley Federal de Juegos y Sorteos en México, estos mini casinos se encuentran prohibidos y son una fuente de corrupción para los menores, ya que su uso no es un juego, sino una adicción que abre las puertas en el mundo de la delincuencia. Además, no deben de estar 300 metros cerca de las escuelas.
Pobladores que andan en el Centro recordaron que 10 años atrás muchos establecimientos que estaban en los alrededores de las escuelas tenían estos juegos de azar y fueron removidos por parte de las autoridades cuando se registró un levantón de maquinitas. Pero los que aún quedan continúan sirviendo para las nuevas generaciones.
En el Centro de la ciudad existen al menos 30 de estos aparatos colocados en diferentes establecimientos, algunos a espaldas del Palacio Municipal y otros en el corazón de la plaza grande, que es en donde se concentra la mayoría de la población para jugar tanto en la mañana como en la noche y ver si la suerte les favorece o no.
En los últimos años, las maquinitas, mejor conocidas como tragamonedas, se han convertido en una de las adicciones que no marca rango de edad, la desesperación por ganar es evidente en las miradas de los jugadores.
