Para ganar las elecciones en Yucatán, con un amplio margen, un partido debe triunfar en al menos ocho municipios que concentran a 1.5 millones de votantes, equivalentes al 80 por ciento del listado nominal en la Entidad, para lo cual debe gastar hasta 56 millones 300 mil de pesos, revela el análisis del padrón y los topes de dinero para las campañas definidos por el Instituto Electoral y Participación Ciudadana (Iepac).
El ocho es, pues, el número “mágico”, como en el juego del billar denominado pool, en el que quien mete la bola negra en el primer tiro triunfa. Sin embargo, el municipio estratégico por excelencia es Mérida, que tiene 783 mil 495 ciudadanos en el padrón, casi la mitad del total estatal. Además, cuenta con el tope de gastos más elevado, de 45.5 millones de pesos.
Ganar ampliamente en la capital del Estado prácticamente asegura el triunfo estatal, por lo que un partido debe desplegar una campaña sólida, con propuestas atractivas para los meridanos.
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Otros bastiones importantes son Valladolid, con 61 mil 377 electores y un techo de gasto de 3.6 millones; Umán, con 49 mil 661 votantes potenciales y un tope de 2.8 millones; y Tizimín, con 59 mil 475 ciudadanos en el padrón y la posibilidad de erogar hasta 4.4 millones en campaña. En estas plazas se requiere una estrategia precisa, pues tienen características socioeconómicas distintas a Mérida.
También son clave los municipios de la zona metropolitana como Progreso, con 49 mil 290 electores y un techo de 2.7 millones; Kanasín, con 86 mil 483 votantes y gasto autorizado por 4.6 millones; y Umán; son bastiones urbanos donde se pueden replicar las propuestas pensadas para Mérida.
Otros objetivos importantes son Ticul, con 30 mil 341 electores y tope de 1.6 millones; y Oxkutzcab, con 24 mil 146 votantes y techo de 1.4 millones. Para ganar en estas plazas se requiere una campaña precisa, con candidatos locales y propuestas que resuenen en su población.
Ganar la elección enfocando los recursos y esfuerzos de campaña en estas ocho demarcaciones implicaría una erogación total de 66 mil 47 millones 201 mil 500 pesos.
Pero un poco más allá de estos ocho municipios (Mérida, Valladolid, Umán, Tizimín, Progreso, Kanasín, Ticul y Oxkutzcab), un partido debe aspirar a ganar, o cuando menos competir fuerte, en capitales regionales medianas como Motul, Izamal, Peto, Maxcanú, Espita, Acanceh y Tekax, así como en localidades turísticas como Celestún y Valladolid.
En los municipios más pequeños los partidos deben enfocarse, más que en el triunfo, en acortar la brecha. Por ejemplo, en Cuncunul, Sanahcat y Quintana Roo, con topes de gasto para las campañas de 80 mil, 78 mil y 50 mil pesos, es difícil competir con presupuestos tan bajos, pero se puede trabajar para reducir el margen de derrota.
El factor territorial también influye en los topes de gasto, beneficiando a municipios extensos, aunque tengan un padrón electoral menor, como Tizimín. Por ello, más allá del número de votantes, es importante tomar en cuenta las condiciones geográficas.
Por lo general, la campaña en el interior del Estado debe tener un componente importante de contacto directo con la gente, pues hay menos acceso a medios de comunicación masiva, lo que no es nuevo.
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