“Antiguamente, antes de que haya suministro de energía eléctrica, nadie podía salir de noche, ya que el mal andaba suelto, así decían los antepasados”, expresó Lorenzo Balam, vecino de Telchac Pueblo, quien recordó las antiguas historias sobrenaturales que acontecían en la localidad, relatos que sus antepasados les narraban para estar prevenidos.
Con el transcurso de los años, los habitantes contaron que hasta la fecha los sucesos extraños aún acontecen en los poblados, en especial los que se encuentran solitarios.
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Lorenzo mencionó que antes la vida de las personas corría peligro al andar altas horas de la noche.
“Antiguamente, no se podía salir muy tarde, ya que el mal se comía a las personas, pues desaparecían, era un misterio que a muchos los dejaban con temor” explicó.
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Relataron los abuelitos de la localidad los horarios en los que no se podía salir por el riesgo que se corría, que era a partir de las 00:00 a las 3:00 horas, tiempo en el que se dice que los seres malos andaban sueltos por las calles, mismos que según provocaron accidentes y otros sucesos para que la ciudadanía creyera que lo que pasaba era por su existencia.
“Mi abuelo nos decía que nada de pasear a esas horas, uno debería permanecer en casa. En ese lapso el demonio anda libre, muchos no lo creen, pero es real”, señaló Lorenzo.
Una de las herramientas que tenían siempre en mano los adultos mayores en ese entonces para poder dominar a estos seres al momento de salir de sus casas por alguna razón en la madrugada, era un chicote, objeto que al sacudirlo golpeaba el aire y ahuyentaba las malas energías que podrían estar cerca de la persona y pusieran en peligro su vida.
De acuerdo con las anécdotas de los lugareños, varios son los pobladores que desaparecieron y se cree que fue producto del mal aire que se apodera de la noche, sobre todo cuando no están en sus hogares y se dirigen a las actividades como la cacería en los montes, mismos que se encuentran trabajados para su protección.
“Hubo gente que dicen que no volvió a sus casas, por lo que no se supo más de ello. Eso pasó hace más de 100 años cuando era muy fuerte esa creencia en los pueblos”.
Con el paso de los años, Lorenzo dijo que poco a poco estos mitos comenzaron a ser olvidados al momento de que llegó el suministro de energía eléctrica y el poblado quedó iluminado.
“Cuando llegó la energía eléctrica todo ese temor se le fue quitando a la gente, según se cuenta que al mal no le gusta la claridad y sólo sale en lugares muy oscuros”.
Actualmente, solo algunas cuantas personas recuerdan estas antiguas creencias, en la actualidad son pocas las que siguen creyendo. Aseguraron que la noche guarda un misterio y el deambular sólo por las calles siempre se corre peligro.
“Tal vez los tiempos han cambiado, pero siempre hay que andar encomendados, no sabemos qué puede pasar, estos seres extraños siempre andan sueltos por todos lados”, culminó.
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