Hoy día resulta normal ver a mujeres votando en elecciones locales o federales, pero esto no siempre fue así, ya que tuvo que pasar una serie de acontecimientos para que las mujeres llegarán a tener este derecho, el cual ejercieron por vez primera el 3 de julio de 1955.
Esta fecha marcó un hito en la historia democrática de México y demostró la importancia de la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones públicas. Fue un paso decisivo hacia la igualdad de género en la política y tuvo repercusión en la democracia mexicana, porque abrió el camino a un cambio de paradigma y de visión sobre la capacidad de las mujeres y su papel en los ámbitos público y privado.
La consejera del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (Iepac) Yucatán, Alejandra Pacheco Puente, reconoció que no se puede hablar de una sociedad democrática si hay gente excluida, y las mujeres muchísimo tiempo estuvieron aisladas y esto implicaba que sus decisiones estaban supeditadas a otros, ya fueran los padres, los maridos o incluso los hermanos.
“Vemos hoy que las mujeres ya pueden votar, pero ese no es el único paso, la celebración del voto no se debe quedar como un logro que alcanzamos, sino como un reto que se venció y que todavía tiene camino por delante”.
Yucatán fue un Estado pionero en la lucha por los derechos políticos de las mujeres, desde el Congreso Feminista en 1916, y por tener la presencia de las primeras mujeres electas a cargos públicos en México y América Latina: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Beatriz Peniche Barrera, quienes obtuvieron sendas diputaciones.
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Pacheco Puente indicó que la mujer, aunque ahora puede votar y cada día se avanza en la igualdad, lo sustantivo es que ya no “haga ruido” el que las mujeres tengan tanto derecho como el hombre, que deben ocupar cargos y que no se debe estar midiendo capacidades.
“Cuando dejemos de preguntarnos hacia la mujer si merece o debe estar, entonces habremos transitado al lugar de la igualdad, cuando todo el mundo entienda que podamos estar hombres y mujeres en igualdad de circunstancias”, reiteró.
Entre los avances en la representación se encuentra la inclusión de mujeres en la política, lo cual ha permitido una mejor expresión de las necesidades y perspectivas del sexo femenino, con políticas públicas más inclusivas y equitativas, que pasan incluso a tener concepciones hacia una igualdad sustantiva que ha abarcado aún a más esferas en la vida pública.
Las mujeres en posiciones de poder pueden abordar cuestiones críticas como la violencia de género, la igualdad salarial y los derechos reproductivos, que tradicionalmente no habían sido considerados en las agendas como temas prioritarios o les daban poca importancia.
La presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación del Congreso local, Carmen Gonzales Martín, recalcó que son las mujeres las que con su voto deciden ahora el rumbo del país, lo cual aseguró quedó demostrado en el pasado proceso electoral: 51 millones de ellas participaron y por primera vez se eligió presidente a una mujer.
Aseguró que la participación activa de las mujeres en los procesos electorales ha fortalecido la democracia y promueve una mayor diversidad en la toma de decisiones.
Dijo que las diferentes formas de participación ciudadana adicional al ejercicio del voto activo hacia el ejercicio del voto pasivo han sido parte medular de las visiones que se han fortalecido en últimos años con una mirada más amplia de las implicaciones de la participación ciudadana.
La consejera del Iepac señaló que el que México tenga en Claudia Sheinbaum a su primera presidenta en la historia es significativo para todas, pues cuando una gran parte de la población se ve reflejada en el ejercicio de los cargos, es algo trascendente que no se debe tomar de manera partidista. “Es una mujer que está ejerciendo el cargo principal del país y eso es alentador para que las niñas en formación puedan mirarse reflejada en la posibilidad de llegar a esos cargos y cambia la visión”.
Dijo que debemos sentirnos orgullosos como sociedad, que en un país que se ha caracterizado por un machismo muy fuerte, hoy tenga a una mujer en la Presidencia.
Entre los desafíos actuales están la violencia política en razón de género, pues si bien se han logrado significativos avances en el acceso de las mujeres a cargos de elección popular, las mujeres que participan en política a menudo enfrentan violencia y discriminación de género. Es crucial continuar trabajando para erradicar estas prácticas y garantizar un entorno seguro y equitativo, dado que los estereotipos de género no son conceptos superados como suele considerarse y ello se identifica con las diferentes formas en las que se expresa la violencia política contra las mujeres.
También un mayor involucramiento y compromiso de partidos políticos, que deben ser más proactivos en la promoción y apoyo de candidaturas de mujeres, con una mayor integración efectiva y equitativa del sexo femenino en todos los niveles de la política, que las candidaturas femeninas cuenten con una estructura que brinde mayores certezas y estén más fortalecidas para estar en posibilidades de ser más competitivas en la contienda electoral.
También es necesario realizar acciones adicionales para que más mujeres lleguen a las presidencias municipales, contemplando la estructura social y elementos más abstractos que no se han visto para tener un mayor número de mujeres como cabezas de las alcaldías.
Es fundamental fomentar el voto por las mujeres y asegurar que reciban un mayor apoyo por parte de los partidos políticos. Además, es necesario proporcionarles las herramientas para competir en igualdad de condiciones y que sus candidaturas logren materializarse en cargos efectivos.
GC