Un nuevo escándalo por fraudes inmobiliarios en la venta de lotes de inversión y desarrollos habitacionales fantasma estalló en Yucatán: clientes de la empresa denominada Grupo Inverco México, cuya razón social tiene su sede en Mérida, denunciaron públicamente -y en algunos casos, penalmente- el incumplimiento de la entrega de terrenos y casas en la fecha programada, por un monto aproximado de 500 millones de pesos, en el fraccionamiento Pedregales de Misnebalam, ubicado a 12 kilómetros de la capital yucateca, en la vía a Progreso.
El caso ha trascendido fronteras, no sólo porque hay compradores del extranjero -como Carolina del Carmen Mora Cázares, mexicana radicada en Ohio, Estados Unidos, quien lucha por recuperar más de 80 mil dólares que invirtió desde el 2021-, sino porque “resonó” esta semana en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ordenó a la Secretaría de Gobernación (Segob) que interviniera.
En una visita al lugar, POR ESTO! constató que en vez de las lujosas viviendas que se debieron entregar desde hace un año, el proyecto permanece casi en calidad de monte. Su acceso es difícil, pues se llega por brechas donde difícilmente caben vehículos de gran tamaño. Además de la falta de pavimentación, tampoco hay avances en la urbanización. Guardias privados mantienen “a raya” a los extraños en el complejo ubicado en la carretera Mérida-Progreso. Gruesas sogas y piedras impiden el paso a este polémico desarrollo que amenaza con reventar la burbuja inmobiliaria de Yucatán.
Este caso ha puesto a temblar a miles de compradores de otras entidades y de otros países, atraídos por los desarrollos que se anuncian en los municipios de Progreso, Conkal, Motul, Baca, Dzemul, Chicxulub Pueblo, Río Lagarto, Telchac Pueblo, Dzilam, Sinanché, Celestún, Dzidzantún, San Felipe y Hunucmá, que promueven la seguridad, atractivos naturales, cultura, historia, y crecimiento económico de Yucatán. La Fiscalía General del Estado registra medio centenar de denuncias de fraudes y despojos inmobiliarios en esos municipios, en perjuicio de ejidatarios despojados de sus tierras y compradores defraudados de origen local, nacional e internacional, por alrededor de cinco mil millones de pesos.
En el caso de Pedregales de Misnebalam, la historia se remonta a junio de 2022, cuando Miguel Ángel Aguayo de Pau presentó el proyecto en su calidad de director de inversión de Grupo Inverco. Los espectaculares del complejo florecieron en la avenida Revolución, cerca del Centro de Convenciones Siglo XXI, y en otras glorietas del Norte de la ciudad.
Aguayo de Pau fue fundador y presidente de Grupo Inverco de 2018 a marzo de 2024. El 28 de junio pasado, como “asesor externo”, informó a cientos de clientes de Grupo Inverco que la empresa carece de liquidez, de modo que sólo entregaría las casas vendidas y pagaría reembolsos a quienes lo soliciten, a través de un calendario de citas.
Pero los afectados que solicitaron una cita en la agenda hasta hoy no reciben una respuesta. Nadie contesta los teléfonos proporcionados mientras continúa la venta de lotes a través de agentes inmobiliarios y en la página de Facebook de la empresa, lo cual los afectados consideran una burla abierta.
Aguayo de Pau y Rolando Alberto Bello Mejía constituyeron el 4 de diciembre de 2018 ante el Registro Público de Comercio la empresa “Inversión Colectiva Inmobiliaria, Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable” (Inverco, S.A.P.I. de C.V.). Ambos ejercieron la administración colegiada, como presidentes del Consejo de Administración.
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Bello Mejía, primo del exgobernador priista y hoy senador electo Rolando Rodrigo Zapata Bello, renunció como secretario del Consejo de Administración en agosto de 2022, cuando recibió la Notaría Pública No. 113, con sede en Progreso. Fue sustituido en la empresa inmobiliaria por William Armando Morales Heredia.
En Asamblea General Ordinaria del 14 de febrero pasado, en medio de la crisis por los retrasos en la construcción de más de 700 casas (en tres años se han construido 150 y la mayoría en obra inconclusa), Aguayo de Pau renunció a la presidencia del Consejo, cediendo su lugar a William Armando, cuyo hermano, Rubén Rodrigo Morales Heredia, quedó como secretario.
Los afectados informan que William Armando no contesta las llamadas telefónicas y mensajes de texto que los clientes envían para resolver el conflicto por la vía de la negociación, y Rubén Rodrigo se niega a firmar y/o cumplir con los addendums (agregados) de compromiso de reubicación que Pedregales de Misnebalam ofreció a todos aquellos que desean mantener una relación comercial con la empresa y tampoco entrega y/o firma los contratos de rescisión y devolución de capital a quienes no quieren saber más de la inmobiliaria.
GC
