
Con temperaturas que superan los 40 grados, sin sombra ni servicios básicos, familiares de pacientes internados en el Hospital General Agustín O’Horán han convertido las banquetas en un campamento improvisado. La razón: la prohibición de ingreso a los cuartos de hospitalización, lo que los obliga a permanecer en la calle, a la intemperie y en condiciones indignas mientras esperan noticias de sus seres queridos.
Desde hace más de 10 días, decenas de personas han tenido que soportar las inclemencias del clima y la indiferencia de las autoridades hospitalarias. Sólo después de que una fotografía de la situación se viralizó en redes sociales, personal del área de urgencias reaccionó, pero no para brindar apoyo, sino para desalojarlos de manera prepotente.

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“Nos mandaron quitar como si fuéramos basura”, denunció doña Justina Canché, a POR ESTO!, quien viajó desde Dzan junto con su hija para acompañar a su esposo, internado en el O’Horán. “Fue injusto, sobre todo con las personas de la tercera edad que sólo estaban descansando”.

El problema no es exclusivo del O’Horán. En hospitales como el Juárez y la T-1 del IMSS, los familiares enfrentan restricciones similares. Pasan días enteros afuera, sin información clara sobre la salud de sus seres queridos, dependiendo de la solidaridad de otros para conseguir agua o comida, y durmiendo sobre cartones o sillas de acampar.
“No nos dejan entrar, no hay dónde sentarse, no hay sombra, no hay baños… estamos aquí como si estuviéramos de vacaciones, pero en el peor lugar posible”, lamentó una mujer que lleva varios días esperando noticias de su madre hospitalizada.

Doña Estefanía, quien llegó desde Valladolid, no tuvo más opción que colgar una hamaca improvisada junto a la sala de urgencias. “Aquí estamos como podemos, pero en lugar de ayudarnos los guardias nos vigilan como si fuéramos delincuentes”, denunció.
A pesar de que estas personas sólo buscan estar cerca de sus familiares, personal de seguridad las trata con desdén y falta de humanidad. “Ellos creen que somos indigentes, pero lo único que queremos es una respuesta”, comentó uno de los afectados. Ayer, al menos 20 personas pasaron la noche en los alrededores del O’Horán, intentando soportar el calor con bolsas de plástico como sombrillas y botellas de agua a medio llenar.