La fauna silvestre de los puertos de Yucatán, como es el caso de los cocodrilos, se ha comenzado asomar muy cerca de las viviendas a causa de las intensas lluvias que se han presentado en la temporada de huracanes del Atlántico.
Los habitantes reportaron que estos reptiles, aprovechando el aumento del nivel del agua en los manglares, han comenzado a deambular por patios y calles en búsqueda de refugio, como ocurre cada año para estas fechas de fuertes chubascos.
A unos cuantos metros de la salida del puerto, rumbo a la cabecera municipal, conductores han presenciado que los saurios salen de las rías para acostarse sobre el carril y tomar los rayos del Astro Rey.
Posteriormente, pasan hasta el otro extremo de la reserva ecológica en busca de alimento. Por su parte, lugareños señalaron que varios ejemplares de esta especie se han asomado a sus viviendas, principalmente las casas que se encuentran a unos cuantos metros de los manglares.
Indicaron que por el nivel del agua que ha aumentado evitan dejar abiertas sus puertas por miedo de que en cualquier momento estos animales ingresen en los domicilios.
El vecino Carlos Sánchez precisó que las veces que ha llegado para descansar de la capital yucateca en su domicilio en este puerto, ha presenciado el avistamiento de estos ejemplares silvestres que se dejan ver a unos cuantos metros de su casa.
“Son como si fueran nuestras mascotas, aquí se dejan ver, ahora con las lluvias salen más de sus hábitats. Pero no dejamos abierta la puerta de la casa, porque hace dos años aquí uno de ellos estaba muy cerca”.
Los vecinos del Poniente del puerto afirmaron que hasta el momento estos animales no los han atacado; sin embargo, evitan tener contacto cercano con ellos, principalmente los más pequeños del hogar. “No se han subido hasta ahora en tierra, se quedan en el charco, desde ahí nos ven y los vemos.
Tiempo atrás, cuando rebosaba la ría si llegaban hasta las cocinas los cocodrilos”, indicaron habitantes.
Por el incremento del agua, varios reptiles se trasladan de la bocana hasta el puerto de abrigo, lugar en el que están los hombres de mar laborando, y donde siempre se ha tenido reportes de su presencia.
“Se salen de aquí y se van en donde están los pescadores; es peligroso porque los pueden atacar cuando bajan al agua para ver sus barcos”, dijeron lugareños.
Con la temporada de huracanes aún activa, los residentes temen que la situación pueda empeorar si se presentan más lluvias intensas. “Si ya están saliendo ahora, con un ciclón lo harán más.
En años anteriores han llegado hasta las calles. Debemos estar preparados y tener cuidado”, advirtieron.
Serpientes venenosas
Ante las constantes lluvias que han bañado la zona, el venenoso cantil yucateco, mejor conocido en nuestro medio como huolpoch, hace acto de presencia en los sitios en donde menos se espera, por lo que piden no molestarlos ni devolverlos en su hábitat.
El biólogo ambiental José Cruz Hoil Rajón, voluntario de la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, señaló que después de las abundantes precipitaciones es común la presencia de estas víboras, por lo que hay que tener cuidado en las labores del campo, de revisar incluso los rincones de los hogares, ya que estas buscan donde hay menos humedad para resguardarse.
El especialista explicó que esta especie es endémica del estado de Yucatán y es altamente venenosa, por lo que si alguien llega a verla lo mejor es mantener la distancia y no molestarla, además de evitar matarla ya que juegan un papel muy importante en el equilibrio ecosistemico, en especial en el control de plagas como son los ratones, lagartijas y otros roedores; lo mejor es que si aparecen en sitios donde hay persona, llamar a un experto para atraparla y reubicarla en su hábitat.
Esta especie es enlistada como la tercera causa de mordedura ofídica en la región, debido a que pasa desapercibida a la vista del humano al confundirse fácilmente con las hojarascas, ya que sus colores rojizo pálido con gris oscuro y su patrón se compone de bandas transversales oscuras rodeadas de escamas blancuzcas, además de que no emite ningún aviso antes de atacar; su cuerpo es robusto y su cola muy delgada.
La gente al verla o toparse con ella durante las labores del campo acostumbra matarlas porque la considera un peligro, por lo que es catalogada como amenazada y está en la lista de conservación de especies. Es raro, pero por las lluvias se ha visto en las zonas urbanas.
GC
