Luego de que se detectara la presencia de agroquímicos en dos menores de edad y en el agua de esta comunidad, la empresa EnerAll, dedicada al cultivo de maíz y soya transgénica en esta parte del estado, presionó a los habitantes para que desistieran de dar continuidad a los estudios de contaminantes.
Raúl C. T. M. uno de los pobladores, señaló que la empresa que brinda trabajo a la mayor parte de la gente de las comunidades vecinas, entre ellas la antes citada, amenazó a los empleados con despedirlos si no hacen algo por frenar los estudios que viene desarrollando la asociación civil Agua y Conciencia y el investigador químico farmacobiólogo Jaime Rendón Von Osten, del Laboratorio de Contaminantes Orgánicos Persistentes y Laboratorio de Diagnóstico Ambiental.
La gran mayoría de los habitantes de esta comunidad y de otras cercanas se gana la vida en estos campos de cultivo, donde el uso de agroquímicos se realiza sin el equipo adecuado y sin la capacitación necesaria.
Ante el temor de perder su único sustento económico y a raíz de la escasa preparación académica para defender sus derechos, pero sobre todo la salud de la gente, la comunidad desistió a dar el siguiente paso para estudiar a profundidad el impacto en la salud por el uso de agroquímicos en el resto de los habitantes.
En ediciones pasadas el POR ESTO! informó que en Cabichén, de las 52 muestras de orina que se tomaron en niños y que se sometieron a análisis dos salieron con residuos de glifosato, mientras que en Dzonot Carretero se efectuó un muestreo a 58 niños de la comunidad y se encontraron residuos de glifosato en tres muestras, de las cuales dos corresponden al sexo femenino y una del masculino.
Además se encontraron residuos de agroquímicos en cenotes, pozos y otras fuentes de agua, y suelos contaminados.
Estos estudios sobre el impacto de agroquímicos en la salud de los humanos, en especial a niños, se derivó de la mortandad de abejas que apicultores habían denunciado por el uso de herbicidas en las grandes extensiones de tierras que son usadas para el cultivo de maíz, soya y sorgo.
Inicios
En el año 2009, EnerAll empezó a invertir en Tizimín mediante la compra de 4 mil hectáreas, pero dado que los suelos de la región son pedregosos y poco profundos, emprendió la tarea de conformar terreno cultivable, logrando en el año 2011 cosechar mil 750 terrenos con maíz, frijol, soya, bambú e higuerilla. El crecimiento de esta firma ha sido tan relevante, que para 2017 contaba con 15 mil acres, de los cuales cultivaba la mitad. En estas zonas emprendieron dos ciclos productivos al año: soya en primavera–verano, así como maíz de las variedades de color amarillo y blanco y sorgo en otoño–invierno, de las que obtuvieron 7 mil toneladas con un rendimiento promedio de 2.3 toneladas por hectárea.
Esta producción representó el 60 por ciento de la existente en la región Oriente, posicionando a EnerAll como el mayor productor de soya de Yucatán.
En los ranchos de esta empresa se aplica el método de siembra directa o labranza cero y fertirrigación. Toda su superficie es regada mediante un sistema de pivote central procedente de pozos y cuenta con moderna maquinaria e infraestructura de almacenamiento de granos, los cuales son comercializados por Cargill.
El cultivo de la soya se ha expandido de manera acelerada en las tierras de esta parte del estado. En el año 2013 se reportaron 510 hectáreas y actualmente se tiene un total de 5 mil 798. La producción es emprendida por empresarios, no se involucra ningún núcleo agrario.
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Los principales productores son las firmas EnerAll, que en 2017 cosechó 3 mil hectáreas, y la Sociedad de Producción Rural El Ch´ilib, con mil 800 acres, que en conjunto cultivaron el 83 por ciento de la superficie de soya en las tierras del municipio de Tizimín. Lo restante del porcentaje corresponde a las firmas agrícolas Paknal y Maya Agrícola, complementado por cinco grandes productores privados, entre los que destaca Arturo Gary, dueño de la firma Fogysa, fabricante de alimentos animales e importante comprador de granos en la entidad.
El cultivo de la soya se ha expandido sobre tierras anteriormente dedicadas a pastizales, dando lugar a un proceso de reconversión de la ganadería y agricultura. La expansión ha ocasionado la deforestación, contaminación de aguas, además de que se rellenaron cenotes, aguadas y otras fuentes naturales. Estos espacios han sido contaminados con el uso de diversos agroquímicos, entre ellos herbicidas, fungicidas y fertilizantes, entre otros.
La firma EnerAll fue fundada en el año 2009 por el empresario mexicano Alfonso Romo Garza, y aunque no existe claridad sobre su actual situación, se ha señalado que un fondo de inversión estadounidense entró a la compañía en 2015, del cual Cargill es el socio mayoritario.