El día de hoy será determinante para el circuito pesquero del litoral yucateco, dado que comenzará la temporada de langosta, en la que participarán alrededor de 2 mil tripulantes de más de 500 embarcaciones menores y 27 mayores, de acuerdo con Conapesca, quienes ejercen una labor ardua en la que ponen en riesgo su vida al emprender viajes prolongados en altamar para conseguir el sustento familiar y contribuir a la economía del puerto.
Asimismo, existe incertidumbre, porque aún no se establece el precio, a lo que se suma que las inclemencias del clima podrían retrasar los movimientos de quienes le apuestan a esta especie, además de que las ganancias el año pasado fueron calificadas de regulares por los hombres de mar.
En un recorrido a través del puerto de abrigo situado en el tramo Yucalpetén-Chelem Puerto, específicamente a un lado del parque industrial, se constató que varias embarcaciones ya se encuentran abastecidas para zarpar hoy 1 de julio, que inicia la pesquería.
En uno de esos buques se encontraban varios marineros al mando del patrón Ángel Gabriel Canul Padrón, quien cuenta con un amplio historial en el rubro y confirmó que, al igual que los compañeros de otras modalidades, en esta nueva temporada se quiere dejar atrás el amargo recuerdo que dejó el último lapso de producción, debido a los malos resultados.
“Hay temporadas en las que nos va mal, pero en la última no hubo ganancias. Ha ido en descenso esta actividad desde el 2021, cuando se vendía el kilo a mil 100 pesos y había buena captura. El año pasado pagaban 600 pesos y nos costó mucho esfuerzo pescar lo requerido, a fin de que no se perdiera la inversión del dueño”, relató.
Nuevamente, se retomó la situación que sufren los navegantes de todo el estado a causa de las embarcaciones furtivas. “Nosotros tenemos alrededor de cuatro meses sin trabajar. No es justo que vengan esas personas a perjudicarnos de esta manera”, agregó el entrevistado.
En el caso de un barco dedicado a la pesca de langosta, se contemplan viajes de hasta 25 días, con una inversión de aproximadamente 180 mil pesos, aunque depende de las dimensiones del mismo. Los gastos más fuertes son por las cuatro toneladas de combustible y las maquetas de hielo para conservar el cargamento.
José Gabriel Ureña, tripulante al mando del capitán mencionado, explicó que existen dos modalidades para la época de crustáceo: una por medio del buceo, en la cual suelen embarcarse alrededor de cinco personas; y otra que es por la modalidad de trampas que utilizan cabezas de mero como carnada, en la que participan hasta 12 trabajadores, contando al patrón del navío y un cocinero.
“En las inmediaciones de la Isla Pérez está la mayor parte de la actividad. Por ello tenemos que avanzar de 60 a 70 millas náuticas desde Progreso. No es un viaje sencillo, pues en caso de no cubrir la inversión, tenemos que quedarnos más días de lo previsto”, especificó el pescador.
Parte de lo que tranquiliza al gremio dedicado a esta actividad es que por lo menos, en el caso de presentarse alguna tragedia relacionada con un buzo, se cuenta con una cámara hiperbárica en el Centro de Salud con Servicios Ampliados del puerto.
En el Litoral Oriente, con optimismo iniciará la temporada de langosta, en la que participará un promedio de mil embarcaciones ribereñas que cuentan con concesiones y permisos, reveló Felipe Marrufo López, presidente del Frente Unido de Sociedades Pesqueras y Permisionarios del Oriente del Estado de Yucatán.
El entrevistado informó que en San Felipe, Río Lagartos, El Cuyo y Las Coloradas hay unos 400 buzos que se dedican a esta actividad.
“Aunque el panorama es esperanzador para las familias que dependen de esta pesquería, la captura ilegal es uno de los graves problemas que podría haber mermado la cantidad de ejemplares en la zona ribereña”, señaló Marrufo López.
El líder pesquero agregó que los buzos que se dedican a capturar langosta son los que tienen lanchas propias; para ello, deben tener cubierto el pago de la concesión para la extracción de producto y el aprovechamiento comercial.
Entre las novedades del lapso de crustáceo que se implementó hace dos años es la captura de ejemplares vivos para su exportación a China; lo que permitió abrir nuevos mercados que actualmente demandan el producto vivo; además de la reducción de desperdicio, ya que en la pesca que hasta hoy se efectúa se desprecia la cabeza y sólo se comercializan las colas.
El método de pesca siempre será por buceo, las langostas se obtienen lazadas con una trampa especial; al tener el crustáceo atrapado, estos se ponen en unas bolsas para subirlos en la superficie, donde se colocan en estanques para finalmente trasportarlos hasta el puerto.
Felipe Marrufo explicó que hasta esta fecha el precio aún no se fija, ya que éste se establecerá la primera semana en la que inicia la actividad, pero confían en que supere los 740 pesos el kilogramo de cola. La ventaja de las langostas vivas es que puede valer más de 600 pesos el kilogramo, lo que sería de gran ayuda, ya que pesa más debido a que no sólo se contempla la cola, sino también la cabeza, lo que contribuye a que se duplique o triplique el kilaje.
El entrevistado reveló que el principal peligro que los buzos enfrentan cada temporada es la descomprensión, dado que siguen utilizando el método de la compresora y la manguera que trasporta aire, en vez de oxígeno puro; también la profundidad es un factor de riesgo, puesto que muchos alcanzan hasta las 16 brazas o 24 metros.
Igualmente, los buzos han estado expuestos a mordidas de anguilas, morenas, serpientes de mar, peces piedra y ángel, entre otras especies, por lo que deben tener cuidado mientras trabajan.
En tanto, en el Litoral Norte, en específico en el puerto de Chabihau, Yobaín, la pesca de langosta no es una de las temporadas que los marineros anhelan para salir a buscar la recuperación económica, luego de la crisis que han enfrentado por el mero. Algunos entrevistados afirmaron que el buceo es de alto riesgo y no todos saben ejercerlo, pues se requiere mucha práctica y cuidado.
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En el puerto, al menos 10 pescadores, de los más de 500 que se ubican en San Crisanto y Chabihau, moverán sus lanchas con compresoras para ir en búsqueda del crustáceo.
“Aquí la pesca de langosta no es algo fuerte como en otros puntos; no cualquiera se arriesga a meterse a bucear, es muy peligroso; los que saben y son valientes lo hacen”, indicó Francisco Aké, pescador.
Por su parte, el navegante Jesús Puc señaló que quienes se dedican a este oficio invierten aproximadamente 3 mil a 4 mil pesos diarios, recayendo la mayor parte de los gastos en el combustible.
En el 2023 se logró superar la meta de captura, que fue de 600 toneladas, arrojando una cifra preliminar de 690, lo que significó cerca de 180 millones de pesos de derrama económica.
La especie se aprecia mucho en el extranjero, por lo que aproximadamente el 90 por ciento de la producción se exporta a la Unión Europea y Estados Unidos de América, mientras que el 10 por ciento restante abastece al mercado turístico de la Riviera Maya y el de La Viga, en la Ciudad de México.
GC